Capítulo 16.

2.5K 204 46
                                    

—Amelia, despierta —la voz de Dumbledore la trajo de vuelta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Amelia, despierta —la voz de Dumbledore la trajo de vuelta.

Amelia abrió los ojos con dificultad. Le dolía todo el cuerpo pero sobre todo la garganta. La luz la cegaba, por lo que tuvo que frotarse los ojos y parpadear varias veces hasta que se hubo acostumbrado a esta.

Se incorporó con dificultad mientras comprobaba que llevaba una bata de la enfermería y que se encontraba en la dicha.

—Amy, ¿estás bien? —preguntó Hermione preocupada.

Desconcertada aún, la niña observó a sus amigos (Harry, Ron y Hermione), que junto con el director, la profesora McGonagall y la señora Pomfrey, la miraban preocupados.

—¿Q-qué ha pasado? —preguntó con dificultad para hablar debido al fuerte dolor de garganta.

—Hermione dice que llorabas en sueños —explicó Ron—. No lograba despertarte y te empezó a sangrar al nariz.

—Parecía que intentaras moverte pero no pudieras, creí que te estaba dando un ataque... —dijo entre lágrimas la aludida—. Corrí a llamar a la profesora McGonagall y ella llamó al director, te ha despertado con un hechizo. Parecía que no pudieras respirar... ¡Te estabas muriendo! —sollozó espantada.

Amelia observó estupefacta a todos, Hermione lloraba mientras Ron trataba de consolarla aunque su cara de preocupación decía que él tampoco estaba muy bien. Harry la miraba desconsolado e impotente y la profesora McGonagall acababa de llevarse a un lado a la enfermera y al director y ahora mantenía una charla acalorada con ellos sobre lo que había estado apunto de ocurrir. Todos parecían realmente preocupados.

—N-no entiendo nada —dijo la niña confundida. Se sentía como si el Sauce Boxeador le hubiera dado una paliza.

—Todo está bien ahora —intervino el director acercándose—. Amelia ha sufrido una experiencia un poco dura, y necesita descansar.

—¿Pero qué le ha ocurrido? —intervino Hermione—. ¿Por qué estaba... así?

—Me temo que ha sido culpa mía —admitió Dumbledore—. Una poción para dormir caducada.

—¿Una poción para dormir? —preguntó Harry desconcertado.

—Eso es —asintió el director con tranquilidad—. Definitivamente he de encargarme de revisar las fechas de caducidad.

Los tres niños lo miraron con duda y Hermione se atrevió a intervenir una vez más:

—Pero...

—Como ha dicho el director, Black necesita descansar —interrumpió la profesora McGonagall dando el tema por zanjado—. Además, Potter, has de prepararte para el torneo y ya llegas tarde. Ahora fuera los tres. No quiero verlos por aquí.

Con recelo los tres niños se marcharon. No querían dejar a su amiga.

—Suerte, Harry —dijo Amelia preocupada por su amigo.

El secreto de Amelia BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora