Hubo un momento de silencio cuando Harry, Ron, Amelia y Lockhart aparecieron en la puerta, llenos de barro, suciedad y, en el caso de Harry, sangre. Luego alguien gritó:
—¡Amelia!
Era Andrómeda Tonks, la tía de Amelia, que estaba llorando delante de la chimenea. Se puso en pie de un salto, seguida por su marido, y se abalanzaron sobre su sobrina.
El profesor Dumbledore estaba ante la repisa de la chimenea, sonriendo, junto a la profesora McGonagall, que respiraba con dificultad y se llevaba una mano al pecho. Fawkes pasó zumbando cerca de Harry para posarse en el hombro de Dumbledore. Entonces, sin apenas darse cuenta, Harry y Ron se encontraron atrapados en el abrazo de la señora Tonks.
—¡La han salvado! ¡La han salvado! ¿Cómo lo han hecho?
—Creo que a todos nos encantaría enterarnos —dijo con un hilo de voz la profesora McGonagall.
La señora Tonks soltó a Harry, que dudó un instante, luego se acercó a la mesa y depositó encima el Sombrero Seleccionador, la espada con rubíes incrustados y lo que quedaba del diario de Riddle.
Harry empezó a contarlo todo. Habló durante casi un cuarto de hora, mientras los demás lo escuchaban absortos y en silencio. Amelia escondía su rostro en el pecho de su tío, abrazándolo y negándose a dejar que sus amigos la vieran llorar. Harry contó todo lo que había ocurrido hasta que habían encontrado la entrada a la Cámara de los secretos.
—Muy bien —señaló la profesora McGonagall, cuando Harry hizo una pausa—, así que averiguaron dónde estaba la entrada, quebrantando un centenar de normas, añadiría yo. Pero ¿cómo demonios consiguieron salir con vida, Potter?
Así que Harry, con la voz ronca de tanto hablar, les relató la oportuna llegada de Fawkes y del Sombrero Seleccionador, que le proporcionó la espada. Pero luego titubeó. Había evitado hablar sobre la relación entre el diario de Riddle y Amelia. ¿Y si la expulsaban?, pensó Harry aterrorizado. O peor, ¿y si la mandaban a Azkaban? El diario de Riddle no serviría ya como prueba, pues había quedado inservible... ¿cómo podrían demostrar que era el causante de todo?
Instintivamente, Harry miró a Dumbledore, y éste esbozó una leve sonrisa.
—Lo que más me intriga —dijo Dumbledore amablemente—, es cómo se las arregló lord Voldemort para embrujar a Amelia, cuando mis fuentes me indican que actualmente se halla oculto en los bosques de Albania.
Harry se sintió maravillosamente aliviado.
—¿Qué... qué? —preguntó el señor Tonks con voz atónita—. ¿A-Amelia embrujada por... ? Pero Amelia no ha... Amelia no ha sido... ¿verdad?
—Fue el diario —dijo inmediatamente Harry, cogiéndolo y enseñándoselo a Dumbledore—. Riddle lo escribió cuando tenía dieciséis años.
Dumbledore cogió el diario que sostenía Harry y examinó minuciosamente sus páginas quemadas y mojadas.
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El secreto de Amelia Black
FanfictionAmelia Black ha vivido toda su vida sabiendo que era diferente. Nunca supo el porqué ni el cómo pero sabía que era distinta. Lo que nunca pudo imaginar fue lo que era. Una escuela de magia y hechicería, magos, varitas y escobas. Todo parece encaj...