El día de Navidad en Hogwarts fue algo único. Ver el castillo tan hermosamente decorado, abrir los regalos con sus amigos y pasar las navidades con ellos era una experiencia que jamás olvidaría. Incluso había logrado olvidar su vergüenza y dolor al saber que Harry iría con otra chica al baile. Ese estaba divirtiendo tanto que, aunque cada vez que pensaba en ello una melancolía la invadía, no podía evitar estar contenta y emocionada. Después del desayuno habían bajado a los terrenos del castillo y había estado jugando con la nieve toda la mañana. Luego se dirigieron al Gran Comedor para tomar un magnífico almuerzo que incluyó al menos cien pavos y pudines de Navidad, junto con montones de petardos sorpresa. Por la tarde volvieron afuera, jugaron al Quidditch y, a las cinco, Hermione las hizo subir a ella y a Ginny a su habitación para arreglarse juntas para el baile.
A las siete, los chicos subieron a hacer lo propio. Harry, Ron, Seamus, Dean y Neville se pusieron la túnica de gala en el dormitorio, todos un poco cohibidos, pero ninguno tanto como Ron, que se miraba en la luna del rincón con expresión de terror. Su túnica se parecía más a un vestido de mujer que a cualquier otro tipo de prenda, y la cosa no tenía remedio. En un desesperado intento de hacerla parecer más varonil, utilizó un encantamiento seccionador en el cuello y los puños. No funcionó mal del todo: al menos se había desprendido de las puntillas, aunque el trabajo no resultaba perfecto y los bordes se deshilachaban mientras bajaba la escalera.
—No me cabe en la cabeza que hayan conseguido a dos de las chicas más guapas del curso —susurró Dean.
—Magnetismo animal —replicó Ron de mal humor, tirándose de los hilos sueltos de los puños.
La sala común tenía un aspecto muy extraño, llena de gente vestida de diferentes colores en lugar del usual monocromatismo negro. Parvati aguardaba a Harry al pie de la escalera. Estaba realmente muy guapa, con su vestido de un rosa impactante, el pelo negro en una larga trenza entrelazada con oro y unas pulseras también de oro que le brillaban en las muñecas. Harry dio gracias de que no le hubiera entrado la risa tonta.
—Estás... guapa —dijo algo cohibido.
—Gracias —respondió ella—. Padma te espera en el vestíbulo —le indicó a Ron.
—Bien —contestó Ron, mirando a su alrededor—. ¿Dónde están Hermione y Amelia?
Parvati se encogió de hombros y le dijo a Harry:
—¿Quieres que bajemos?
—Vale —aceptó Harry, lamentando no poder quedarse en la sala común.
También el vestíbulo estaba abarrotado de estudiantes que se arremolinaban en espera de que dieran las ocho en punto, hora a la que se abrirían las puertas del Gran Comedor. Los que habían quedado con parejas pertenecientes a diferentes casas las buscaban entre la multitud. Parvati vio a su hermana Padma y la condujo hasta donde estaban Harry y Ron.
—Hola —saludó Padma, que estaba tan guapa como Parvati con su vestido de color azul turquesa brillante. No parecía demasiado entusiasmada con su pareja de baile. Lo miró de arriba abajo, y sus oscuros ojos se detuvieron en el cuello y los puños deshilachados de la túnica de gala de Ron.
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El secreto de Amelia Black
FanfictionAmelia Black ha vivido toda su vida sabiendo que era diferente. Nunca supo el porqué ni el cómo pero sabía que era distinta. Lo que nunca pudo imaginar fue lo que era. Una escuela de magia y hechicería, magos, varitas y escobas. Todo parece encaj...