Amelia se interrumpió al oir las risas escandalosas de Pansy Parkinson acercarse por el pasillo.
—¿A que es precioso? —se jactaba enseñando una cadena que llevaba al cuello—. Me lo han mandado mis padres de su viaje por...
—¡AHHHH! —exhaló Amelia al ver la piedra roja que pendía de la cadena.
Se le puso delante a Parkinson, impidiéndoles el paso a ella y a sus amigas y, con gran indignación, señaló su colgante extraviado.
—¿Qué, Black? ¿A que es bonito? —presumió—. ¿Envidia?
—¿Envidia? —exclamó Amelia horrorizada y roja de la rabia—. ¡Ese es mi maldito colgante! ¿De dónde lo has sacado?
Parkinson se mofó.
—Tuyo, dices. Mis padres me lo mandaron de su viaje a Tailandia. ¿Te manda algo a ti tu padre desde Azkaban? ¿Guías para ser una asesina, quizás?
Amelia no lo dudó ni un instante. Se le tiró al cuello a Parkinson, provocando que ambas cayeran al suelo.
—D-devuélveme mi collar... —dijo entre tirones y tirones.
Sintió el ardor del arañazo que acababa de darle la Slytherin tratando de quitársela de encima pero no le importó. Siguió forcejeando por su colgante.
—¡Estás loca! —decía la otra.
Ni ellas ni Harry o las amigas de Parkinson vieron acercarse al profesor Moody. Estaban tan concentrados en la pelea que apenas notaron cuando les apuntó con la varita y exclamó:
—¡Mobilicorpus! —dijo y Amelia fue alzada por el aire y transportada a un lado del pasillo. A continuación, Ojo-loco hizo lo mismo con Parkinson, pero al lado contrario—. ¿Y bien? —dijo rompiendo el hechizo y dejándolas caer—. ¿Alguien va a explicarme lo que ha pasado?
Ambas se miraron con ira y pronto continuaron con la acalorada discusión, cada una tratando de explicar su versión de la historia, que era rebatida rápidamente por la otra.
—Muy bien, ¡basta! —exclamó interrumpiéndolas—. ¡Relashio! —pronunció y pronto el colgante que tenía Parkinson aferraba fuertemente en las manos soltó chispas incandescentes, que la obligaron a soltarlo. Con un movimiento más de varita, Moody hizo que este saliera volando hacia él—. Con que este es el problema. Viendo que no van a llegar a una acuerdo sobre de quién es voy a confiscarlo.
—¡Pero es mío! —exclamó Parkisnon.
—¡Claro que no es tuyo! —soltó Amelia—. Señor, de verdad, es importante, no...
—¡Silencius! —la hizo callar—. Como he dicho, queda confiscado.
Y así, el profesor Moody se llevó su colgante.
Amelia miró una vez más con odio a Parkinson antes de encaminarse escaleras arriba. Se mantuvo en silencio y Harry la siguió preocupado.
—Amy...
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El secreto de Amelia Black
FanfictionAmelia Black ha vivido toda su vida sabiendo que era diferente. Nunca supo el porqué ni el cómo pero sabía que era distinta. Lo que nunca pudo imaginar fue lo que era. Una escuela de magia y hechicería, magos, varitas y escobas. Todo parece encaj...