Capítulo 23.

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—Quiere decir que lo he estado ayudando —confesó la niña a sus espaldas

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—Quiere decir que lo he estado ayudando —confesó la niña a sus espaldas.

Harry se volvió para mirarla y la observó con confusión antes de pasar a mirar al hombre a su lado con horror e ira.

—¿Qué quieres de...?

¡Expeliarmus! —exclamó Sirius antes de que Harry acabara la frase, dirigiendo hacia ellos la varita de Ron.

Las varitas que empuñaban Harry y Hermione saltaron de sus manos, y Black las recogió. Dio un paso hacia ellos, con los ojos fijos en Harry.

—¡No, espera! —dijo Amelia cogiéndole el brazo—. Por favor, deja que primero...

—Supuse que vendrías a ayudar a tu amigo —dijo Black con voz ronca, ignorando a su hija. Su voz sonaba como si no la hubiera empleado en mucho tiempo—. Tu padre habría hecho lo mismo por mí. Han sido muy valientes por no salir corriendo en busca de un profesor. Muchas gracias. Esto lo hará todo mucho más fácil...

Harry oyó la burla sobre su padre como si Black la hubiera proferido a voces. Notó la quemazón del odio, que no dejaba lugar al miedo. Sin saber lo que hacía, se adelantó, pero dos pares de manos lo sujetaron y lo hicieron retroceder.

—¡No, Harry! —exclamó Hermione, petrificada.

—Deja ir a Amelia —le dijo en tono amenazante aunque no tenía modo de defenderse. Había escuchado lo que había dicho la niña pero debía haber un error. No podía...

Black soltó una carcajada.

—Tenías razón, Amy —le dijo a su hija—. Es un muchacho temerario.

Harry miró a su amiga horrorizado.

—P-por favor, dime que no es verdad —le pidió, con la esperanza de que todo fuera un truco, de que le hiciera un niño o un gesto que le indicara que todo era una farsa, un truco para atrapar a Black, algo, cualquier cosa.

Amelia, en cambio, le devolvió una mirada avergonzada y llena de culpa que le partió el corazón.

—Es lo que trataba de decirte —dijo Ron antes de que la niña pudiera excusarse—. Amelia está con Black. Lo ha estado ayudando. Ya se conocían. Todas esas veces que desapareció... Estoy seguro de que estaba con él.

—Harry, puedo explicarlo —dijo angustiada y tratando de avanzar hacia él.

—¡Amy! ¿Por qué? —dijo Hermione horrorizada y con lágrimas en los ojos.

Harry no pudo hacer más que mirarla con una mezcla de confusión y espanto y retrocedió en su sitio. ¿Qué demonios estaba pasando?

—Estás... ¿Cómo puedes...?

—Las cosas no son como creen. Ya te lo dije, Harry. Esto va más allá de lo que...

Ron la interrumpió:

El secreto de Amelia BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora