Harry se levantó y se dispuso a salir. Pero apenas tocó el pomo de la puerta cuando esta se abrió, tan bruscamente que pegó contra la pared y rebotó.
Lucius Malfoy estaba allí, con el semblante furioso. Y también un pequeño elfo doméstico, encogido de miedo y cubierto de vendas.
—Buenas noches, Lucius —dijo Dumbledore amablemente mientras Amelia se removía en su silla.
—¡Vaya! —dijo Lucius Malfoy, con sus fríos ojos fijos en Dumbledore—. Ha vuelto. El consejo escolar lo ha suspendido de sus funciones, pero aun así, usted ha considerado conveniente volver.
—Bueno, Lucius, verá —dijo Dumbledore, sonriendo serenamente—, he recibido una petición de los otros once representantes. Aquello parecía un criadero de lechuzas, para serle sincero. Cuando recibieron la noticia de que la sobrina de Ted y Andrómeda Tonks había sido asesinada, me pidieron que volviera inmediatamente. Pensaron que, a pesar de todo, yo era el hombre más adecuado para el cargo. Además, me contaron cosas muy curiosas. Algunos incluso decían que usted les había amenazado con echar una maldición sobre sus familias si no accedían a destituirme.
Amelia fulminó a Malfoy con la mirada. Odiaba a ese hombre.
Este, por su parte, se puso aún más pálido de lo habitual, pero seguía con los ojos cargados de furia.
—¿Así que... ha puesto fin a los ataques? —dijo con aire despectivo—. ¿Ha encontrado al culpable?
—Lo hemos encontrado —contestó Dumbledore, con una sonrisa.
—¿Y bien? —preguntó bruscamente Malfoy, observando con un brillo de maldad a su sobrina, que se veía aún más pequeña sentada en la silla de McGonagall—. ¿Quién es?
—El mismo que la última vez, Lucius —dijo Dumbledore—. Pero esta vez lord Voldemort actuaba a través de otra persona, por medio de este diario.
Levantó el cuaderno negro agujereado en el centro, y miró a Malfoy atentamente. Harry, por el contrario, no apartaba los ojos del elfo doméstico, que hacia cosas muy raras. Miraba fijamente a Harry, señalando el diario, y luego al señor Malfoy. A continuación se daba puñetazos en la cabeza.
—Ya veo... —dijo despacio Malfoy a Dumbledore.
—Un plan inteligente —dijo Dumbledore con voz desapasionada, sin dejar de mirar a Malfoy directamente a los ojos—. Porque si Harry, aquí presente — el señor Malfoy dirigió a Harry una incisiva mirada de soslayo—, y su amigo Ron no hubieran descubierto este cuaderno... Amelia Black habría aparecido como culpable. Nadie habría podido demostrar que ella no había actuado libremente...
El señor Malfoy no dijo nada. Su cara se había vuelto de repente como de piedra.
—E imagine —prosiguió Dumbledore— lo que podría haber ocurrido en caso de que el diario hubiera cumplido su objetivo. Amelia probablemente estaría muerta y Voldemort habría regresado, más fuerte que nunca. Afortunadamente los recuerdos de Riddle fueron destruidos.
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El secreto de Amelia Black
FanfictionAmelia Black ha vivido toda su vida sabiendo que era diferente. Nunca supo el porqué ni el cómo pero sabía que era distinta. Lo que nunca pudo imaginar fue lo que era. Una escuela de magia y hechicería, magos, varitas y escobas. Todo parece encaj...