Capítulo 8.

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Puede que descubran el mayor miedo de Amelia, ¿cuál creen que será?

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Puede que descubran el mayor miedo de Amelia, ¿cuál creen que será?

—Oye... Hay algo que quería saber —se atrevió a preguntar—. Lo que dijo Malfoy... Sabías a qué se refería cuando dijo que yo querría ir a buscar a... Bueno, a tu padre, ¿no?

Amelia no dijo nada durante unos segundos.

—Yo... Ya sabes como es Draco. Le gusta liar las cosas. Solo molesta, habla sin pensar y...

—Amy, dime la verdad. No voy a enfadarme.

—Yo... —suspiró—. Está bien.

Es... Es que no sé como decírtelo... ¿Tu segundo nombre es James?

Harry asintió extrañado por el repentino cambio de tema.

—Es bonito, era el nombre de tu padre —dijo con nostalgia.

—Aún me pregunto de qué conoces el nombre de mi padre —dijo el niño—. Lo mencionaste cuando nos conocimos. Y tampoco entiendo cómo conoces mi segundo nombre. Sé que dijiste que tu padrino vino a Hogwarts con mis padres pero hay más, ¿no?

Amelia suspiró.

—Tuve un sueño hace unos días —explicó—. Aunque era más como... Un recuerdo, ¿sabes? Salías tú, acabábamos de conocernos. Y estaban mis padres.

—No... No entiendo —dijo Harry cada vez más perdido.

—Harry, nos conocimos de niños —le explicó—. Antes de que tus padres murieran, antes de que mi madre muriera y de que mi padre se pasara de bando, si es que en algún momento estuvo en otro bando.

—¿Entonces nuestros padrees se conocían?

Amelia bajó la vista.

—Es más que eso. Harry, tus padres eran amigos de los míos. Vinieron juntos a Hogwarts. Y luego el se pasó al lado oscuro. —Amelia sentía que le escocían los ojos mientras retenía las lágrimas que amenazaban con salir—. Lo siento, es por eso que Draco creía que querías vengarte y buscar a mi padre por tu cuenta, porque traicionó a tus padres, fue su amigo y luego... Simplemente los abandonó y se fue con Voldemort.

Harry se había quedado helado, aún así, se acercó a Amelia, que permanecía con la cabeza gacha y la abrazó.

—Es... Es... Lo que hizo tu padre fue horrible, Amy. Pero no es culpa tuya, no debías cargar con ello. Te lo repetiré las veces que haga falta para que te convenzas de ello. No eres tu familia. Tú eres tú. Es todo lo que importa.

Harry y Amelia caminaron juntos hasta el jardín, donde los esperaban Ron y Hermione que discutían una vez más sobre Crookshanks.

—Es una bestia peluda —se quejó Ron.

—Ron... Amy, Harry, ¿quieren decirle a Ron que mi gato no tiene nada de malo?

—Bueno... Es un poco raro, para que negarlo —dijo Amelia con una sonrisa divertida—. Y tiene una extraña fijación con mi almohada favorita pero por lo demás solo es un simple gato, Ron.

El secreto de Amelia BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora