Draco Malfoy caminaba por los largos pasillos del castillo de Hogwarts. El niño había pasado las últimas horas atento a cualquier posible nuevo ataque pero al verdad es que no sabía muy bien qué hacer. En el fondo estaba furioso con su padre por lo que había hecho. Utilizar a Amelia de esa forma... Era su prima y por lo general la detestaba pero... La verdad era que le importaba. Era como la hermana molesta que nunca había tenido y, aunque le costase admitirlo incluso para si mismo, la apreciaba profundamente.
Pero la verdad es que no había nada que él pudiera cambiar. No podía enfrentarse a su padre. Lo único que podía aportar era cuidar de ella sin que él se enterase de nada. Jamás le había desobedecido pero sentía que debía proteger a su prima.
Esa tarde había sido el banquete de Navidad y, ahora que había acabado de comer, el niño se dirigía a la sala común de su casa. Había creído que al quedarse en el castillo para las vacaciones se aburriría más que nunca, pero la verdad era que había sido una Navidad bastante buena. Sus padres le habían dado más regalos que de costumbre para compensar el que tuviera que pasar solo las fiestas y, para su sorpresa, su prima le había mandado una enorme caja llena de todo tipo de dulces y una bufanda verde esmeralda que ella misma había tejido. La verdad es que era bastante rara, la niña no debía tener mucha experiencia tejiendo y no era para nada profesional pero de algún modo era especial para él. Nadie nunca se había tomado la molestia de dedicar tanto tiempo y esfuerzo a un regalo para él.
Draco continuó caminando, cruzando esquinas y bajando escaleras. ¿Dónde se habían metido esos idiotas de Crabbe y Goyle? Llevaba ya un buen rato buscándolos.
Su respuesta llegó rápido, nada más girar la esquina vio a los dos niños hablando con un prefecto de Gryffindor.
—Ahí estaban —dijo, mirándolos con reproche—. ¿Se han pasado todo el tiempo en el Gran Comedor atiborrándose a comida? Los estaba buscando. ¿Y qué haces tú aquí, Weasley? —le preguntó con aire despectivo.
—¡Tendrías que mostrar un poco más de respeto a un prefecto! —dijo Percy Weasley ofendido—. ¡No me gusta ese tono!
Malfoy lo miró con arrogancia e indicó a Crabbe y Goyle que lo siguieran.
—Ese Peter Weasley... —dijo cuando lo dejaron atrás.
—Percy —le corrigió automáticamente Crabbe.
Draco se extrañó por esto pero no hizo mucho caso.
—Como sea —bufó y se detuvo ante un pedazo de muro descubierto y lleno de humedad. —¿Cuál era la nueva contraseña?
—Eh...
—¡Ah, ya! "¡Sangre limpia!" —dijo Draco y se abrió una puerta de piedra disimulada en la pared.
Los tres la cruzaron. Draco fue primero.
La sala común de Slytherin era una sala larga, semi-subterránea, con los muros y el techo de piedra, varias lámparas verdes que colgaban de cadenas y una chimenea en la que estaba encendida una hoguera.
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El secreto de Amelia Black
FanfictionAmelia Black ha vivido toda su vida sabiendo que era diferente. Nunca supo el porqué ni el cómo pero sabía que era distinta. Lo que nunca pudo imaginar fue lo que era. Una escuela de magia y hechicería, magos, varitas y escobas. Todo parece encaj...