Capítulo 94

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NARRA MACARENA

Había aceptado la propuesta de Zulema. Hoy me estaría mudando a su casa, al menos por un tiempo determinado hasta que todo se calmara, tampoco era que me gustara vivir a costas de la morena. Se que ella no lo veía así, pero prefería dejar ver las cosas en claro, que yo también podía hacer las cosas por mí misma y aportar a nuestra relación, no se, pudiera ser que en un futuro consigamos rentar un departamento las juntas pagándolo a medias.
Pensar en un futuro entre Zulema y yo, así conviviendo juntas, apenas me había puesto a pensar en ello y ya no podía quitarme las imágenes que proyectaba en mi cabeza.

Era un completo sueño por fin vivir tranquilas nuestro amor, rodeadas únicamente por las personas que más apreciábamos. No Helena, no Sandoval, mucho menos mis padres y ahora su abuelo.
Sabía que era un futuro muy comprometedor, tenía grandes aspiraciones para lo que quería de mi vida en adelante a terminar la carrera, por supuesto que Zulema estaba en ella, y si en un momento dudaba de sus sentimientos, hoy cada vez ellas iban quedando en el olvido. Con todo lo que me había demostrado mi morena, debía comprender que no tenía por qué temer al considerarla en mis planes a futuro. Zulema no me dejaría sola como lo habían hecho mis padres, a pesar de ser algo pronto, la morena hablaba de nosotras con tal firmeza y compromiso que me permitía seguir soñando con nuestras vidas.

- Oye, tía que nos hayamos ofrecido para ayudarte a empacar tus cosas no quiere decir que lo hagamos todo, eh.

- Lo siento chicas, es solo que estaba pensando.

- En la mudanza.

- Sí, Yola, en la mudanza.

- ¿Y qué es lo que pasa?

- Tías, pasa que no quiero vivir toda mi vida a costas de Zulema. Yo también quiero aportar.

- Tranquila, rubiales. Ya se vendrá tu momento.

- Sí, Maca. Ya falta poco para terminar la universidad y podrás trabajar en la empresa de Zulema u otra, que se yo, pero te ganarás tu propio dinero.

- No se si aceptar la proposición de trabajar en la Firma.

- Bueno, tía, pues siempre tienes la oferta de mi padre. Tenemos la empresa demasiado descuidada con esto que Damián no quiere dejar la policía.

- Hace un muy buen trabajo.- admití.- Me ha ayudado mucho, ahora Sandoval por fin está capturado.

- ¿Maca y te enteraste lo que le pasó?

- ¿Y qué le pasó a ese hijo de puta?, si se puede saber.- intervino una rizos atenta a lo que conversábamos.

- Sí, ayer estaba con Zulema cuando tu padre llamó.

- Vaya regalito que le dieron, eh. Pero bien merecido por violador de mierda.

- ¡Ey! Que no entiendo nada, ¿alguien piensa contarme?

- Ayer Sandoval tuvo una pelea, accidente, no lo sé, pero unos presos lo atacaron y...- me detuve al recordar la atrocidad que me había sucedido.- Que asco, bueno, se la cortaron allí abajo.

- ¡Jolin! Jajaja, que no me la creo, joder.- la joven de cabello frondoso no dejaba de reírse desde de haberle contado finalmente lo sucedido a mi ex jefe.

- Rizos, ya. Cálmate.

- Es que tía, joder, tía no puedo. Tan solo me lo imagino y...

- ¡Coño, no! Qué asco, rizos.- me dieron una arcadas de tan solo empezar a imaginarlo.- Joder, quiero vomitar.

- Cuidado, rubiales. No vaya ser eso un anuncio del bebé a bordo jajaja.

- Tía, tu flipas.- le dijo Yolanda mientras reía por el comentario.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora