Capítulo 45

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NARRA ZULEMA

La hora de la reunión con el equipo de Macarena se acercaba y a medida que el tiempo avanzaba, me ponía más nerviosa por tenerla nuevamente tan cerca. Por más que luchaba en alejar todas las sensaciones que me causaba la rubia, estas seguían más presentes que nunca.

Cuando vi sus ojos tristes tras la forma en cómo la había tratado, sentí un fuerte impulso por abrazarla contra mi cuerpo. Era increíble cómo estas dos sensaciones se mezclaban en mi ser, el querer causarle daño en venganza y al mismo tiempo tratar de protegerla hasta de mí misma.

- Zule.- Saray ingresó a mi oficina.- ¿Qué sala usaremos para la reunión con las muchachas de la universidad?

- No lo sé gitana, encárgate de eso, por favor.

- ¿Te sucede algo?

- ¿Qué me va a suceder?

- Zulema, te conozco.- buscó conectar con mi mirada.- Te conozco y se cuanto te hace daño a ti misma comportarte de esta manera con la rubia.

- ¿De dónde sacas eso?.- me dirigí hacia el armario para distraerme en cualquier otra cosa.

- Que te conozco reina Mora. La rubia te ha hipnotizado.

- ¿Hipnotizado?

- Así lo llamo yo, ya que no quieres que lo llame por su propio nombre.

Sabía a lo que se estaba refiriendo, pero era una equivocación. Solo tenía cierta atracción por la rubia, la cual aún no se me quitaba y nada más.

- Zulema, recuerda tus palabras cuando todo este rollo empezó.

- Las recuerdo, Saray.- finalmente correspondí a su mirada.- No estoy enamorada de Macarena.

- No me refiero a eso, sino que prometiste no hacerle daño a la rubia. Y lo estás haciendo.

Me quedé en silencio. Ella tenía toda la razón, se suponía que era lo que menos quería hacer, pero Macarena me había dado donde más podía dolerme, en el orgullo. Y yo era una persona demasiado rencorosa, de esas que además buscan ocultar sus sentimientos con la frialdad. Estaba dolida, pero no quería hacerlo notar y esta era la única forma que sabía cómo reaccionar.

- Se ve muy buena persona, ya te lo había dicho, no merece que le jodas la vida como lo estás haciendo, Zule. Piénsalo.

- No tengo anda en que pensar, Saray.- tomé un libro.- Macarena es parte de un breve pasado que no recuerdo más porque no ha logrado trascender en mi vida.

- Pues yo veo todo lo contrario, estás muy al pendiente de ella.

- Saray, sí sigues mencionándola cada cuanto puedes, pues obviamente va a seguir presente. Anda ve y separa la sala que quieras, me da igual.

A pesar que mi mano derecha ya se había retirado hace un buen tiempo, sus palabras no dejaban de retumbar como eco dentro de mi cabeza. No se a quien estaba hiriendo más con todo esto, si a Macarena o a mí misma. Pero no podía detenerlo.

La hora de la reunión había llegado, se me hacía extraño que mi secretaria aún no me notificara la llegada de nadie. "¿Será que esas chicas aún no llegaban?". Salí de mi oficina para cerciorarme si lo que creía era correcto, pero allí estaban ellas, todas menos Macarena.

- Buenas tardes, señoritas.

- Buenas tardes, señorita Zahir.- respondieron tímidamente.

- No me notificaron que ya estaban aquí.- miré por el pasadizo por si es que la rubia estaba por ahí.- ¿Y Ferreiro?

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora