NARRA MACARENA
Ya eran casi las tres de la mañana y aún las personas llegaban al Oasis.
El Oasis es una de las cadenas de hotel más prestigiosas de España. Muchos famosos, empresarios y personas de la alta sociedad vienen a hospedarse diariamente a los hoteles de Carlos Sandoval, mi jefe. Usualmente no me quejaba de mi trabajo, si bien era muy agotador, ya que debía de rotar por varias áreas, como la recepción, el restaurante, el bar y la atención a dormitorios, me gustaba porque todo eso me ayudaba en parte a conocer como se administran los hoteles y qué mejor que aprender siendo parte de una de las mejores cadenas como es El Oasis.Hoy estaba en la recepción principal, así es que no podía cerrar ni un ojo, más que en estos días se estará celebrando un Foro Económico en Madrid y muchos de los asistentes a este se estaban instalando en el hotel.
- Señorita, necesito acceder a la suite que separé desde hace un mes aproximadamente.- me habló una mujer alta y de cabello largo, quien a pesar de la hora, vestía elegante.
- Por supuesto, por favor, ¿me dice a nombre de quién se hizo la reserva?
- Saray Vargas.- Se limitó su respuesta.
- Ahora le entrego dos tarjetas de acceso. El botones está llegando para acompañarla a su suite y ayudarla con su equipaje.
- No es necesario. No tenemos más que una maleta personal cada una. Solo entrégame las tarjetas de acceso.- hasta el momento, su mirada no se despegaba de aquel teléfono que llevaba en la mano, lo que me causaba curiosidad e indignación por ni siquiera dirigirme la mirada.- Ah, y asegúrame que nadie más tenga una tarjeta de acceso a la suite. Dámelas todas.
- Señorita...- aún no me había dicho su nombre, no sabía si ella era la persona que hizo la reserva.
- Vargas.- por fin me miró a la cara.
- Señorita Vargas, disculpe usted, pero me es imposible ayudarla en ello.
- ¿Qué se te hace imposible, rubia?
Esa pregunta no venía por parte de la señorita Vargas, sino de alguien más que llegaba a su atrás. No podía creer que ante mis ojos estaba ella, la gran Zulema Zahir. Lucía más hermosa en persona que en los medios. Estaba muy bien vestida y se veía toda una mujer de negocios empoderada... ¿Y cómo no? Ella lo es.
- Señorita Zahir, buenas noches.- A duras penas me salieron las palabras para pronunciar su apellido. Mi asombro de conocerla en persona podía más que mi serenidad.- Le estaba respondiendo a la huésped que sería imposible ayudarla con su solicitud.
- Eso ya lo escuché.- me respondió de manera tajante.- ¿Lo que quiero saber es en qué no la puedes ayudar y por qué no lo puedes hacer?, ¿es tan difícil?
- Disculpe, usted.- bajé mi mirada a las tarjetas que tenía en mi mano. La mirada de Zulema Zahir era tan intimidante, me sentía algo tan minúsculo al frente de aquella mujer.- Disculpe que no pueda responder a su pregunta. Son conversaciones privadas con una cliente.
- Mírame a la cara cuando me hables, acaso no sabes que es de mala educación no mirar a quien le estás hablando.
Inmediatamente levanté mi mirada fijándola nuevamente a la suya. Sus ojos tenían una combinación entre marrón oscuro y un verde esmeralda que solo se podía distinguir si la mirabas profundamente... Como yo lo hacía ahora, hipnotizada por ella.
- Escúchame, rubia.- me volvió a hablar.- Esa es también mi suite, la señorita Vargas es mi mano derecha. Ella hizo la reserva, pero quién paga aquí soy yo. ¿Escuchaste?
- Sí, señora.
- Bien, ahora has lo que te ha pedido. Supongo que se refería a la copia de las tarjetas de acceso a la suite.
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Bajo hipnosis (Zurena AU)
FanfictionAmbas se sienten dominadas por la otra, tan solo un cruce de miradas es suficiente para que Macarena haga lo que Zulema le pida y para que Zulema pierda toda esa autoridad que dice tener, mostrándose así lo más trasparente y sin filtros ante la rubi...