Capítulo 104

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(IMPORTANTE: Antes de leer el capítulo, ¡VOTEN POR MAGGIE EN LOS FOTOGRAMAS 2020! 😩🙏🏽)

NARRA MACARENA

Acababa de colgar la llamada que había tenido con Simón. Le conté que Zulema podía atenderlo únicamente el día de hoy, y a pesar que la morena había salido desde temprano, esperaba que no olvidase sus palabras de ayer y atendiera a mi amigo, quien debía de estar en camino. Es que Zulema cada vez estaba más perdida con sus propios asuntos que incluso dudaba de que pudiera haberse dado cuenta de mi incomodidad y la inseguridad que estaba causando en mí.

Aproveché el tiempo libre para ir de compras con Román, pues la escuela ya nos había informado que el chaval era admitido a cursar con ellos el próximo semestre e iba a requerir infinidades de cosas para sus clases.

Me había emocionado demasiado, tanto que en estos días había realizado una larga lista de todo lo que podía  necesitar Román, sea para usar en la escuela o fuera de ella. Entonces aquí estábamos, en la sección escolar del supermercado.

- Maca, ¿todo esto llevaré a clases?.- vi sus ojos recorrer maravillado todos los objetos que tenía en el carro de compras, además de la pequeña que él cargaba.- No creo que siendo tan pequeño pueda cargarlo todos los días.

- Jajaja, no Román. Esto también te servirá para usar en casa y no siempre vas a llevarlo a la escuela.

- Ufff, ya me había asustado.

- ¿Te gusta este?.- le señalé una mochila del Hombre Araña.

- Mmm sí, pero creo que mejor este.- lo vi correr hacia al fondo de la misma sección para traer consigo una mochila idéntica, pero de Batman.- Este mola más.

- ¡Hostia!, ¿Zulema eres tú?

- ¿Qué? Jajaja

- ¿Qué te ha hecho que ahora dejas de lado al Hombre Araña por el murciélago?

- Los dos me gustan, pero digamos que ahora un poquito más Batman.

- Vale, pues llevemos los dos.

- Maca, ya tenemos mucho.

- No importa, creo que ya está al menos lo que hemos podido comprar por hoy.

El movimiento de mi celular empezó a indicarme que una llamada estaba entrando en la línea, por lo que rápido dejé ambas mochilas en el carro más grande para lograr contestar el llamado.

- ¿Aló?

- Maca, hola.

- Simón.- sonreí.- Hola, espera. No me digas que ya estás en la casa.

- Eh, pues sí tía, es que me dijiste que vaya cuánto antes.

- Diablos, lo siento. Sí, ya estoy yendo para allá, toca el timbre y diles que ya te comunicaste conmigo, estoy de regreso.

- Bueno, te espero.

- ¿Simón?.- escuché a Román preguntar cuando colgué la llamada.

- Sí, un amigo.

- Eso ya se, últimamente te he escuchado mencionarlo varias veces.

- Oye tío, pero que chismoso eres, ¡eh! Y no han sido tantas.

- Mmm, vale. Voy haciendo la cola para pagar.

- Sí, ve.

Era cierto cuando Román decía que fueron demasiadas cosas las que habíamos comprado, la boleta de pago me mostraba un número no tan pequeño que ahora se descontaría de mi tarjeta de crédito. Tal vez no lo sentía tanto ahora que no tenía los gastos de antes, pero puede que dentro de un mes, cuando empiece a realizar los trámites para sacar mis documentos de la universidad. De igual manera, ahora no me apetecía pensar en nada de ello más que como una buena acción para seguir aportando en la educación de Román.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora