Capítulo 25

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NARRA MACARENA

Extrañamente durante la semana no he recibido ninguna noticia por parte de Zulema, nunca me llegó a contactar por teléfono como me lo había prometido. De eso ya había pasado casi una semana, hoy era un nuevo lunes con muchas cosas por hacer.

Varias noches al finalizar mi turno en El Oasis estuve con las manos pegadas al celular sin hacer nada más que esperar alguna alerta de notificación suya, pero nunca pasó. Ahora, existía  otra opción para saber que había sido de ella y si es que tal vez se estaba arrepentida de su propuesta. Yo tenía su número de celular y podía enviarle un mensaje consultándole cómo estaba, pero no me atrevía a hacerlo. No poseía la suficiente valentía que Zulema como para dar la iniciativa en algo así.

Durante mi horario de trabajo aprovechaba que estaba en la zona de las habitaciones para dar un recorrido por las suites, sin embargo, nunca tuve la suerte de encontrármela a ella ni a Saray. Incluso, llegó a tanto mi intriga que le pregunté a algunas de sus amigas si las habían visto, pero me dijeron que sólo las vieron un par de veces cuando llegaban tarde. Después de ello, decidí no volverles a consultar, temía que puedan sospechar algo.

El repentino alejamiento de Zulema era una nueva preocupación por sumar a todo lo que ya tenía. Y para colmo, la semana pasada recibí un mail de Saray donde se dirigía a todas mis compañeras del equipo de asesoría y a mí para compartirnos el nuevo contrato acordado. El cual nos entregaría la próxima semana para que lo firmemos. Se supone que ese mail lo tenía que enviar Zulema, ella era la CEO de Zahir Firm y ya estaba de regreso en Madrid como para volver a liderar la asesoría, a no ser que se haya vuelto a ir sin comentárnoslo, sin comentarme a mí principalmente.
En el mail el correo de Zulema estaba en copia, pero nunca hubo algún mensaje por parte suya. Hoy que veré a Saray, aprovecharé en consultar sobre la morena.

- ¿Y dónde se supone que nos reuniremos con esta tía?

- Aún no lo sé, Yola. Seguro nos llamará o enviará un mensaje.

- Que te llamará, dirás. Porque creo tu teléfono es el único que tiene.

- Y el mío.- Yolanda y yo nos miramos sorprendidas ante la confesión de mi amiga.- Bueno, no miren así, es que necesitaba un contacto de respaldo por si es que Maca no podía atender o algo.

- Ya.

- Bueno, entonces igual nos contactará.

- Oye, Maca y no nos contaste de la salida con Fabio.

- ¡Joder!

- Rizos, no empieces.

- Entonces empieza a hablar.

- Fuimos al cine luego de la reunión con Zulema para ver el primer contrato. La pasamos bien, igual ambos estábamos cansados porque llegamos para la última función, pero fue un momento muy entretenido. Una buena película.

- ¿Y hubo beso o algo?

- No, nada. Se portó como un caballero.

Cuando mi amiga preguntó aquello, sólo pude relacionarlo con el beso que nos dimos Zulema y yo. Aún no lograba superarlo y de no saber algo sobre la mujer, me volvería loca tan solo teniendo aquel recuerdo golpeando una y otra vez en mi cabeza.

- Epa, me está entrando una llamada. Es Saray.

- Pues ve, contesta.

- ¿Hola?, sí vale. Nos vemos allá entonces. Chau.- colgó con una sonrisa.- Dice que nos espera en la oficina de la rectora Miranda.

- Vamos.

Al ingresar a la oficina de rectorado, vimos a Saray cómodamente sentada en el asiento de la rectora. No había nadie más en el lugar, por lo que deduje que solo seríamos nosotras, definitivamente no estaría Zulema.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora