Capítulo 23

1.3K 133 144
                                    



NARRA ZULEMA

Era la primera vez que me costaba convencer de algo a Miranda. Estuve más de una hora en su oficina tratando de llegar a un consenso en beneficio para la rubia y sus amigas, así como para los otros chicos, esos de su curso. Según Miranda, ellas no podían tener este privilegio que no tienen los demás. Y para mi mala suerte, a ninguna de las otras empresas se les había cruzado por la mente el remunerar de cierta forma a estos jóvenes. Solo a mi.
Tuve que ofrecerle un nuevo trato que felizmente terminó por aceptar.

Iba caminando hacia donde dejé mi auto, mientras por primera vez en mucho tiempo, observaba cuánto había cambiado lo que un día fue mi universidad. Tenía una infraestructura más moderna y por supuesto que los jóvenes también eran una gran característica resultante de ese cambio, lucían más despreocupados que nunca, sin aparentes ganas de venir a estudiar.
Todo daba a entender que solo estaban aquí para hacer vida social. Que decepción. Frente, al otro pasadizo, vi a una pareja que caminaba muy entretenida en su conversación. Aunque me daba la impresión que ella estaba más entretenida en ello que él, quien se veía embobado por su acompañante. Ellos venían hacia mi dirección y yo tenía que ir hacia donde ellos, quiera o no.

- Buenas tardes señorita Ferreiro.- no recordaba el nombre de su acompañante, así es que ni lo miré.- Me alegra verla sana y salva tras su huida del día sábado.

- Señorita Zahir. Pensé que la reunión ya estaba culminada, veo que ha venido para concretar parte de lo acordado en ella.

- Así es, ya te lo había dicho.- hice referencia al mensaje que le envié sin recibir alguna respuesta final.

- Me alegro.- miró a su compañero, quien lucía incómodo al estar presente en una conversación de la que ni tiene idea de lo que se trata.

A mi parecer el muchacho estaba de sobra en este momento y creo acertar en que la rubia también lo pensaba, pero no podía simplemente botarlo.

- Macarena.- la llamé cuando vi que estaba a punto de seguir su camino.- Tengo que comentarte de lo conversado con la rectora.

Por primera vez desde que estábamos al frente el uno del otro, miré al chico dándole a entender que necesitaba privacidad con la rubia. Al parecer entendió mi gesto de inmediato. Un muchacho inteligente.

- Maca, si deseas las dejo solas un momento. O dime qué es lo que se te antoja y puedo ir por ello.

"Qué galante nos salió el muchacho este". Seguro buscaba sumar puntos con la rubia y esta era la forma más humillante de hacerlo, siendo su lacayo.

- No, Fabio. No te preocupes. Zulema, seguro que puedes agendarnos una reunión, ¿verdad?. Como verás, mis compañeras no están aquí conmigo.

- Vale, sí, no las veo.- simulé buscarlas.- pero desde el inicio te dije que principalmente los tratos serían contigo, la líder.

- Señorita...

- Eh, Maca.- ambas lo miramos.- Creo que debes aprovechar en que la señorita Zahir está acá, seguro que después tiene su agenda ocupada.

- Así es, gracias grandote.

- Fabio, me llamo Fabio Martínez.- me extendió su mano.- un gusto.

¡Verdad!, cómo lo había olvidado. El dichoso Fabio. Le recibí el saludo por cortesía y para evitar una mala imagen, obviamente.

- Vale, hablamos luego Fabio. Cuídate.- la rubia se despidió de su amigo.- Y bien, ¿cuál fue el trato con la rectora?

- Fabio. Un nombre muy...- común, iba a decir.- peculiar.

- A ver, señorita Zahir...

- Zulema, llámame Zulema. Sobre todo ahora que hacemos negocios juntas.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora