Capítulo 70

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NARRA ZULEMA

Di por terminada mi breve reunión con la hija de Castillo y salí rumbo a las oficinas de la empresa de Helena, sólo ahí podría conseguir los datos del chaval este. Si acudía a la universidad, Miranda me haría demasiadas preguntas que terminarían con toda mi paciencia.
Estaba ya a pocos metros de distancia cuando la llamada de teléfono anunciando que era Macarena, hizo que me detuviera a estacionar el auto.

- Maca.

- Hola, Zulema. Soy Román.

- Román, ¿qué haces con el teléfono de Macarena?

- Lo encontré en la sala y aproveché que estaba desbloqueado para llamarte. Maca está mal desde que su amiga se fue, aunque crea que no lo he notado, se que ha estado llorando y hasta ahora no sale de la ducha.

- ¿Cómo?.- me alarmó lo que decía el chaval.- ¿Hace cuánto que está allí adentro?

- Mmm no se, pero más de una hora. Solo escucho el agua sin ninguna pausa u otro sonido.

- Vale, vale. Ahora mismo estoy yendo para allá, me abres la puerta, ¿sí?

- Sí.

Volví a poner en marcha el auto y conduje a toda velocidad hasta el edificio de Macarena. Temía que haya cometido cualquier locura en medio de la depresión por la que estaba y más por todo lo que su amiga me había contado. Seguro que me estaba pasando más de un semáforo en rojo, pero eso no me importaba en lo absoluto en estos momentos, solo pensaba en ella y en encontrarla bien. Llegué al poco tiempo y toqué desesperadamente el timbre de su departamento. Román me atendió de inmediato y subí raudamente hasta el lugar.

- Román.- me agaché a su altura.- Ve a tu cuarto, ¿vale? No salgas hasta que te llame.

- Vale, pero algo anda mal, ¿verdad?

- Román, luego hablamos, por favor ve al cuarto.

Vi que el niño hizo lo que le pedí y de inmediato me acerqué hasta el baño, donde efectivamente solo se escuchaba el caer del agua en la ducha.

- Rubia.- toqué dos veces a la puerta.- Maca, ¿ya sales?

Nada, joder, no escuchaba ninguna respuesta de su parte ni un respirar, así es que intenté forcejear la manija de la puerta, pero al no tener éxito en ello, de un fuerte golpe con el hombro logré abrirla.

Miré a un lado y vi a la rubia recostada en la tina de baño con el agua a tope. Tenía los ojos cerrados y a pesar de que tenía toda la cara y el cabello mojado, podía reconocer las lágrimas que caían por su rostro.

- Macarena.- me arrodillé a su costado.- ¿Qué ha pasado?

Abrió lentamente sus ojos, mirando únicamente al frente.

- Nada.

- Esto no es nada. Llevas más de una hora aquí y no respondes al llamado de nadie. Ven.- la tomé de los brazos.- Vamos, afuera de la tina que cogerás un fuerte resfriado.

Me era difícil volver a recuperar el ritmo usual de mi palpitar, pero estaba mas calmada al saber que no había hecho ninguna locura.
Le coloqué su bata de salida de baño y envolví encima con una toalla.

- No podemos ir a tu cuarto, allí está Román. Siéntate aquí que le diré pase a la sala.

Ella seguía sin mirarme a los ojos, únicamente viendo a cualquier punto fijo que estuviera de frente ante sus ojos. Salí a llamar al niño, diciéndole que Maca solo se había quedado dormida en la bañera y que al parecer tenía un sueño pesado que no escuchaba nada, pero que necesitaba usar el dormitorio para cambiarse.
Román como buen niño inteligente que había demostrado ser hasta el momento, captó lo que quería decirle y salió del dormitorio.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora