Capítulo 7

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NARRA ZULEMA

Se me hacía imposible cerrar los ojos sin dejar de pensar en lo mal que me he portado con esa chica, la rubia. Soy una persona difícil de tratar, pero lo que he estado haciéndole ha salido de mis límites. No recuerdo la última vez que haya tratado a alguien de manera tan humillante. Bueno, han habido algunas peores, pero no a una persona como ella, que parece ser tan humilde, sincera... Pura. Casi un ángel para mi que soy como un demonio.

Decidí vestirme con algo casual y bajar al bar. No había pensado en lo que hacía hasta encontrarme a un par de metros del establecimiento. "¿A qué había venido?", me pregunté. ¿Finalmente me disculparé con la rubia o terminaré humillándola una vez más?
Las voces y golpes un aparente forcejeo llamaron mi atención de inmediato. Algo estaba pasando dentro del bar. Agilicé mi paso pensando que se trataría de un robo o algo peor, cuando al llegar vi que un imbécil estaba maltratando a la rubia, a Macarena.

Desde ese entonces, lo último que recuerdo es haber visto el rostro de temor de la rubia. Lo demás simplemente vino de impulso tras no lograr borrarme aquella expresión.

- ¡Zulema, suéltalo!- escuché el grito de la rubia.- ¡Ya suéltalo que le puedes hacer más daño!

Estaba fuera de mi, no se por qué seguía dándole puñetazos en el rostro al idiota este. Bastaba con amenazarlo en denunciarlo y ya estaba, pero me dejé llevar por algo en mi interior.

- ¡Qué ya lo dejes!- unas manos pequeñas y podría decir que delicadas me tomaron por ambos brazos alejándome del muchacho ese.- Ven.

Quité sus manos de encima mío y recobré la compostura. La quedé mirando fijamente sin decir más que...

- Lo siento.

- ¡Joder! Pero qué ha pasado aquí.

Vi que ahora Saray junto a Sandoval se habían unido a nosotras.

- ¡Mierda!- gesticuló Carlos.- Ismael, ¿Qué te ha pasado? Ven, levántate.

El tal Ismael a duras penas podía levantarse por sí solo, pero lo peor es que su rostro estaba casi irreconocible. Ahora contaba con algunos nuevos decorados en la cara, cortesía mía y mis clases de Moai Thai. Lamentablemente ahora menos que antes podía reconocerlo bien, no me quitaba de la cabeza la impresión de haberlo visto  antes.

- ¿Zulema?- me habló la gitana.

- Este chaval estaba haciéndole daño a...- miré a la rubia.- a Macarena.

- ¿Cómo que haciéndole daño?- intervino Sandoval.- Si es mi sobrino, él no tiene motivos para hacerle algo a Ferreiro.

"Ferreiro", repetí mentalmente lo que suponía era el apellido de la rubia. "Macarena Ferreiro".

- Pues así es, señor.- la voz de la rubia me devolvió a la conversación.- Ismael me golpeó y no se que más me hubiese hecho si la señorita Zahir no hubiese intercedido para ayudarme.

Aquellas últimas palabras sonaron más a un agradecimiento dirigido hacia mi. Pude verlo en esos enormes ojos verdes que para mi pesar, ahora no tenían aquel brillo que reflejaban la primera ves que nos vimos.

- Zulema, eh... Yo no se que decir.- habló Sandoval.- Todo esto me sorprende. No sé por qué Ismael haría algo así.

- A mi, nada. A la muchacha, aquí presente.- señalé a la rubia.- es a quien le debes una disculpa. O mejor.- lo pensé.- asegurarle que el gilipollas de tu sobrino no se volverá a acercar a ella en su vida.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora