Capítulo 55

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NARRA MACARENA

Anoche cuando estaba acompañada por Simón, me encontré a Zulema en los estacionamientos, pensé que tendría que presenciar un incómodo momento, pero no fue del todo así. La morena se comportó de manera educada con mi amigo y se lo agradecía. Simón podía ser muy perspicaz y temía que notase algo entre la empresaria y yo.

Me encontraba sola esperando a Fabio para ir a almorzar. Se suponía, según les dije a todos, que hoy no tenia trabajo, sin embargo, aquellas farsas se terminarían en algún momento. Lamentablemente hasta la fecha, no encontraba algún trabajo que se acomode con mi horario, todos requerían que trabaje en el turno mañana-tarde.

- Listo, hermosa. Vámonos.

Nos dirigimos al mismo restaurant que me llevó el primer día que oficialmente fuimos enamorados. Había quedado pendiente disfrutar el menú completo, o sea con el postres, así es que aquí andábamos revisando la cartilla de deliciosos platos.

- Cariño, ¿ya sabes qué pedirás o deseas que lo haga por ti?

- No, esta vez lo haré yo.

- Vale.

- Ya lo tengo.

-Allá viene el mozo.

A pesar de no ser la primera vez que visitaba el lugar, me seguía sorprendiendo lo lindo que era y la vista que tenía. Era un lugar refinado, pero que a la vez podía sentirte a gusto para venir vestida como gustes y con quien gustes.

- Por favor, deme un plato de mariscos en zarza morada.

- ¿Usted, señorita?

- Unos espaguetis con langostinos en zarza blanca.

- Y una botella de vino tinto dulce, por favor.

- ¿Dulce?

Después de tantas visitas a casa de Zulema, había aprendido que el vino dulce, si no lo tomabas mesuradamente, podía chocarte y hacer que el alcohol se te eleve a la cabeza en tiempo récord. Definitivamente era lo que menos deseaba.

- Sí, uno de los mejores de la casa es un tinto dulce, ¿no es así?.- miró al mozo.

- Sí, claro señor.

- Vale.

El almuerzo transcurrió entre miradas y besos cariñosos por parte de Fabio, pero de cierta incomodidad para mí. Seguía con la curiosidad por saber qué es lo que hacía junto a Ismael Valbuena, cuando se suponía que habían terminado su amistad y no de la mejor manera.

- Fabio.-llamé su atención.- No lo tomes a mal, pero, ¿qué hacías con Ismael?

- Cariño, sólo se acercó a saludarme, en buen plan. Se disculpó conmigo por lo de la última vez y nada más.

- ¿Y reían por eso?

- Me hizo recordar algunas cosas de nuestros buenos tiempos como amigos.

- ¿Cómo cuando me hacían la vida imposible?

- Macarena.

- Disculpen la interrupción, traigo el carrito con los postres para que puedan elegir el que desean, así tenerlo a tiempo.

- No se preocupe, déjelo aquí. Gracias.

- Fabio, ese tío no es una buena persona, recuerda todo lo que me hizo. ¡Lo del robo!

- Lo sé, lo sé.- intentó tomarme de la mano, pero al primer contacto me alejé.- Macarena, ¿es en serio?

- Es que tú no lo entiendes.- me paré de la silla y me levanté.- No quiero tener a Ismael Valbuena nuevamente cerca mío, nada de lo que tenga que ver con él.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora