Capítulo 99

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NARRA ZULEMA

En cuanto vi a la gitana salir de la casa junto con rizos fui a darme una ducha y cambiarme a una ropa más casual. No había tenido tiempo en quitarme la vestimenta que solía usar durante mi día en la empresa, sabía que contaba con poco tiempo si quería ser yo misma partícipe de la preparación de cada detalle que le tenía a la rubia, así es que desde la tarde no había hecho nada más que ello.

Al bajar, noté que no había señales de Macarena, seguro habría notado que no había nadie ni nada que comer en la casa y estaba de regreso en la habitación que ocupaba. Todo lo preparado estaba bien oculto en dónde ella no pudiera verlo, era un gran punto a mi favor que la rubia aún no conociera muchas cosas de la casa.

Me aproveché de su ausencia para sacar la cena a la terraza y armar la mesa para nuestra velada. A mi parecer todo había quedado de maravilla, pero a quien finalmente debía gustarle no era a mí, sino a la rubia.
Joder, la reina mora, como me decía Saray, vistiendo un mandil para preparar cena a una tía pija, bueno, Maca no lo es, pero a veces se comporta como si lo fuera.
Viendo que todo estaba en su lugar, fui a tocar la puerta de su habitación. Llamado al que respondió de inmediato.

- Rubia, ¿me acompañas abajo?

- Mmm, ¿pasa algo?.- lucía soñolienta, seguro estaba por quedarse dormida.

- Quisiera hablar contigo un momento, ¿interrumpo tu descanso?, te vea cansada.

- No, o sea sí, estoy cansada. Pero no interrumpes nada, apagaré el televisor y te doy el alcance.

- Vale.

Corrí de regreso afuera de la casa, donde miré una vez más que todo estuviera perfecto. Macarena no tardó tanto en seguir mis pasos, pero aún no llegaba a donde yo me encontraba.

- ¿Zulema?

- Afuera.- hablé desde la terraza.

- Dime.- definitivamente la había tomado por sorpresa con esto. Venía con las manos metidas en el bolsillo de la sudadera y de apenas haber dado un paso fuera de la casa, se quedó quieta observando lo que le tenía para ella.- ¿Y esto?

- Obra mía, por si acaso.- alejé una de las sillas para que tomara asiento.- Ah y parte de ayuda de Altagracia.

- Como siempre.- se rió.- Gracias.

- ¿Cómo estás?

- ¿Y ese milagro que hablamos más de lo que últimamente lo hacemos?

- Quiero arreglar la cosas rubia.

- Me quedan claras tus intenciones.- dijo mirando todo.- Pero lo que buscaba era...

- Era que me diera cuenta de mi error de siempre.- terminé la frase por ella.- Lo he hecho, Maca. De verdad lamento haberte hecho sentir así, creer tener siempre la razón de poder solucionar las cosas cuando yo guste y como guste. Estoy cambiando.

- No lo hagas solo por mí.

- No, ya no. A un inicio lo hacía.- tomé sus manos que reposaban en sus piernas.- Es gracias a ti que me he dado cuenta que esto lo debo de hacer por mi propio bien, buscar ser una mejor persona para mi misma. Pero, al menos ahora, lo que está principalmente involucrado en ello es nuestra relación y no quiero que así sea. Que esté constantemente pendiendo de un hilo que yo misma a veces pongo a colgar estúpidamente.

- Te disculpaste con Simón.

- ¿Eso es una pregunta o una afirmación?, rubia.

- Afirmación, me lo dijo hoy.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora