NARRA MACARENANo podía describir cómo es que me sentía en estos momentos. Por más que Zulema me haya puesto casi como nueva, por dentro me seguía sintiendo sucia gracias a las marcas dejadas por ese infeliz . Aún sentía sus asquerosas manos y labios recorrer mi cuerpo. Quería quitarme toda la piel con tal de no sentirlo más, quería que Zulema permaneciera abrazada a mí durante todo el momento, sólo así poder olvidar los toques de ese miserable, pero lo peor de todo es que ni eso podía.
No era mi intención alejar a Zulema a veces cuando intentaba acercarse a mí, simplemente era una reacción impulsiva que tenía mi cuerpo por tratar de alejar a cualquiera que se me acerque, sin embargo, muy en mi interior sí quería sentirla conmigo. Es por eso que en algunas oportunidades, ponía todo el esfuerzo de mi parte por aceptar sus caricias y abrazos, es que la necesitaba.
Responder a cada una las preguntas del doctor me había hecho regresar a lo sucedido la noche anterior, pero sabía que tenía que hacerlo, él sólo buscaba saber mi estado para poder ayudarme, aunque yo misma sabia que no era el mejor.
- Preciosa.- me llamó Zulema.- ¿Terminaste el desayuno?
Miré la bandeja de la cual a penas había tocado los alimentos. No tenía ni el mínimo apetito para comer, tan solo quería sumergirme en un profundo sueño donde logre pensar que todo esto no era más que una horrible pesadilla.
- Ya no quiero.
- Vale, entonces me la llevo.- se acercó para quitarme la bandeja de encima de las piernas.- Amor...
Me había llamado amor, creo que nunca antes lo había hecho y amaba como se escuchaba de sus labios.
- ¿Las hago pasar?
- Lo siento, ¿qué dijiste?
- No te preocupes.- me sonrió.- Que han venido tus amigas y si quieres que las haga pasar.
- Sí, está bien.
- Por cierto. He mandado a Saray a cuidar de Román. Está tranquilo, piensa que has tenido que trabajar nuevamente desde temprano.
Había olvidado por completo al pequeño Román, no podía descuidarlo tanto como lo había hecho en los últimos días, tenía un compromiso con él.
- Zulema, tengo que ir a mi casa. No puedo dejar solo al niño.- intenté levantarme de la cama.
- ¡Hey, no!.- me detuvo.- No te muevas, aún estás con malestares físicos y ya te dije que por el niño no te preocupes. Saray está con él y lo traerá más tarde, cuando regresemos de la cita en el hospital.- se me habían olvidado por completo aquellos exámenes solicitados por el doctor.- Se quedará a dormir aquí, así lo tendrás cerca, se lo mucho que te importa.
- Zulema... Muchas gracias por todo lo que has hecho.
- Preciosa.- dejó la bandeja a un costado para acercarse a mí.- Estoy aquí contigo, no te volveré a dejar sola.
Noté que su mirada iba de mis ojos a mis labios. Quería besarme, pero tenia duda si hacerlo o no por hacerlo, seguro que había notado lo que me estaba pasando cada vez que se me acercaba. Quise hacer el esfuerzo por romper aquel miedo que tenía y me acerqué a darle un corto beso en los labios.
- Te amo, rubia. No sabes lo destrozada que también estoy por todo esto.- empecé a llorar de tan solo escucharla, ella también estaba afectada por lo sucedido y me dolía ser quien le cause aquel dolor.- Te amo.
Repitió aquella hermosa oración que nunca creí escucharsela decir. Yo también la amaba, desde la primera vez que me entregué a ella descubrí que no podría estar lejos de Zulema.
Volví a sentir sus labios sobre los míos, un beso lento y muy cuidadoso, como si tuviera el temor a lastimarme.
Coloqué mis manos en su rostro y me separé de aquel beso.
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Bajo hipnosis (Zurena AU)
FanfictionAmbas se sienten dominadas por la otra, tan solo un cruce de miradas es suficiente para que Macarena haga lo que Zulema le pida y para que Zulema pierda toda esa autoridad que dice tener, mostrándose así lo más trasparente y sin filtros ante la rubi...