NARRA ZULEMA
El sonido del llamado a la puerta nos rompió lo que fuera que hubiera estado por pasar en aquel instante. Nos separamos de manera inmediata y sin saber qué hacer, caminé hasta la puerta para abrirla.
- Zulema, ya estás en tu habitación.- era Helena.- Se me pasó por la mente qué tal vez tenía que bajar a buscarte.
- Eh, no. Para nada.
Escuché el sonido de la copa chocar en algún lugar. Cuando volteé a ver qué estaba pasando, vi a la rubia lista para marcharse.
- Con permiso, señorita.- me coloqué a un costado para poder darle pase y la vi marcharse.
- Parece que seguías con sed.
- Solo fue una última bebida que se me apetecía.
- Ya.
- Helena, no quiero sonar descortés, pero estoy muerta. Necesito una siesta.
- No te preocupes, no vemos más tarde.
- Buenas noches.
Desde que conocí a la rubia, mis días habían sido muy distintos a como antes. Estaba cometiendo actos que muy poco reconocería en mi, como tomar hasta cansarme.
Me dejé caer en la cama recordando sus labios. Rosados y cálidos. Si bien propiamente no había sido un beso, me había parecido una de las mejores experiencias de mi vida. Era la segunda vez que tocaba los labios de una mujer, la primera la recuerdo muy poco, estaba mucho más tomada que ahora, pero tampoco había sido mala, sólo que tenía miedo... Era la primera vez y ni conocía a aquella muchacha. Ahora, conocía un poco más a Macarena y creo que muy en el fondo esto era algo que a mi pesar, lo estaba buscando.El cansancio fue envolviéndome y caí en un profundo sueño. Este me remontaba a hace dos años cuando acompañé a Saray a una discoteca, la última vez hasta la fecha. La música penetraba mis oídos impidiéndome escuchar más que aquel ruido a todo volumen, de un momento a otro ya no estaba con mi amiga, sino sola alejada en un box. Estaba a punto de pararme, cuando una rubia se sentó a mi costado. Se veía cansada y puede que aburrida.
- Hola, disculpa que me tome el atrevimiento de sentarme aquí.- me habló.- No hay otro lugar en donde poder sentarme aunque sea un momento.
- Está bien, pero la próxima vez antes de venir cómprate un box y así podrás tener el tuyo para sentarte las veces que quieras.
Vi que estaba dispuesta a pararse y con mi mano la detuve.
- Deténte rubia, ¿a dónde vas?, ¿no que estás cansada?
- Sí, pero si soy una incomodidad para ti, puag.- hizo un gesto raro con la nariz que me dio risa.- me voy.
- Venga, no fue mi intensión. Es que, verás... Estas cosas no van conmigo.
- A mi me molan, pero no tanto.
- Estás en toda la edad, chiquilla.
- ¿Qué y acaso tú no?- estaba pasada de copas, lo acababa de comprobar.- No te ves mayorcita, eh.
En un acto rápido, se me acercó y empezó tocarme el rostro haciendo trazos en el contorno. Pasó de mi cejas, a mis pupilas, mis pómulos, mentón y finalmente se dirigía a mi boca, fue entonces cuando la detuve.
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Bajo hipnosis (Zurena AU)
FanfictionAmbas se sienten dominadas por la otra, tan solo un cruce de miradas es suficiente para que Macarena haga lo que Zulema le pida y para que Zulema pierda toda esa autoridad que dice tener, mostrándose así lo más trasparente y sin filtros ante la rubi...