Capítulo 37

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(Abajo actualizo el capítulo con una noticia importante ❤️).
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NARRA ZULEMA

Tenía tanto con lo que ponerme al día que ni sabía cómo empezar. Las constantes reuniones no me habían permitido revisar documentos importantes que necesitaban de mi visto bueno para continuar su proceso, muchos de ellos debían estar listos para mañana a primera hora. Por más raro que se escuche, ya que soy la CEO se mi propia empresa, pero al mismo tiempo tengo que quedarme como esclava a terminar todos mis deberes.
Me jodía que muchos de los gerentes aún no se acostumbren a trabajar con contratos digitales, aunque por una parte era bueno aún mantener la costumbre de los materiales físicos, no soportaría estar pegada todo el día a la pantalla de un computador.

Iba organizando por carácter de importancia y por área todas las carpetas, cuando olvidé que tenía apagado el celular. Lo prendí por si es que se presentaba alguna urgencia en los negocios, entonces empecé a escuchar todas las alertas de los mensajes y llamadas que me habían dado durante este tiempo.

- Ostias, ¿es que acaso no pueden hacer nada sin mí?

Con muy mala gana revisé todas las notificaciones, deteniéndome específicamente en uno. La rubia me había escrito un nuevo mensaje. Había tardado un poco en responderme, aunque mi último mensaje no fue exactamente una continuación a la conversación que estábamos teniendo.

- Así que presentación de bailes, eh.

Me estaba invitando a verla bailar, bueno no exactamente, sino a ver a todo su equipo, pero yo solo pensaba en ella bailando como aquella vez que la vi con el chaval ese.

"Hola rubia, tal vez me aparezca por ahí. Pero desde ya te digo que si se trata de un baile como el de la otra vez, avísame ahora y así me evito un mal momento".

Miré la hora para saber si ya se encontraba en su trabajo. Así era, seguro demoraría en responderme, lo mejor sería continuar con lo mío.

Por fin había logrado terminar de revisar y firmar los documentos que tenían mayor urgencia de ser presentados, no obstante, aún me quedaban varios al pendiente, así como la bandeja de correos.

- Zule, ¿se puede?

- Adelante, Saray.

- ¿Y eso?.- señaló todo lo que tenía en mi escritorio.- No me digas que aún te quedas. Y yo que venía para irnos juntas al hotel.

- Lo siento, gitana, tendrás que avanzar tú sola. Quiero deshacerme de todas estas carpetas y al menos darle una leída rápida a mi bandeja de correos.

- ¿Quieres que te ayude con esto último?

Tenía la suficiente confianza con ella, que cuando no podía por diferentes motivos, le encargaba que revisara mi bandeja del correo para que filtre los mails según diferentes criterios y elimine los que no eran de importancia.

- Ya son las siete Saray, hace media hora que terminó el horario laboral, no es necesario.

- ¡Joder!, ¿quien eres tú y que has hecho con mi amiga la puta elfo "dictadora" del infierno que explota en el trabajo hasta a su mejor amiga?

- Saray, no me vengas con gilipolleces que te juro que ahorita te doy, todo esto para que lo revise.

- Vale, lo siento.- levantó ambas manos en señal de disculpas.- Pero de verdad, si deseas apoyo con lo del mail, no tengo algún problema con hacerlo.

- Tal vez mañana, gitana. Gracias.

- Ah bueno, ojo que para mañana mi oferta ya no estará en pie.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora