Capítulo 98

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NARRA MACARENA

- Rubia, que ya te dije me disculpes, por favor.

Rizos no se cansaba de mencionar las mismas palabras desde hace media hora en la que había decidido retirarme a mi habitación para descansar. Mi amiga al igual que Zulema siguieron mis pasos, pero la empresaria había sido detenida por su amiga, seguro esperando a que pueda tener un momento a solas con su ahora conocida novia.

- No tía, no tienes por qué disculparte, es simplemente que no me lo creo.- hablaba sin dejar de dar varias vueltas en mi habitación.- Es que ahora tiene sentido esa confianza que te tenías con Saray. Vaya gilipollas que he sido.

- Simplemente se dio, pasó y ya. Maca, mírame.- me giró para su al frente.- Tía deja de caminar que me pones más nerviosa.

- Vale, vale.- me senté en la cama.- Rizos, es que no se, esto es tan atípico y temo que todo acabe mal. Me podrás decir pesimista, pero estar con Zulema y Saray no es como estar con cualquier persona. Ellas tienen un pasado que bueno, yo lo he aceptado, y estoy en ello... Pero tú, Estefanía, te conozco y no creo que esto sea lo que esperas. No quiero que todas nos veamos afectadas llegado el momento que algo pase.

- Maca, se que estas tías no son como cualquiera. Es más, en realidad lo nuestro comenzó como un pasatiempo, algo para entretenernos y ya, pensamos que sería pasajero, pero parece que a las dos nos ha gustado más de lo planeado.

- Por eso mismo, conozco a Saray, pero sobre todo a ti. Ven.- palmeé la cama para que se sentara a mi costado.- Creo que Saray y tú están calcadas por el mismo molde, pero es eso mismo que las convierte en una relación explosiva. No se cómo haya sido lo que han tenido hasta ahora, pero... Tienes mi apoyo.

- Tranquila rubiales.- me tomó de la cabeza para darle un beso.- Saray y yo lo estamos intentando, tenemos muy claro que sí vemos que esto no funciona, lo dejamos ahí y ya está. Tranquila que lo que nosotras hagamos no afectará para nada a lo tuyo.

- Pues no tengo más que decirte, felicidades.- le dediqué una sonrisa sincera.- Por fin parece que esa cabezota tuya está madurando.

- Tía.- se quejó.- que tampoco me insultes, eh. Puedes ser mi rubia favorita, pero no.

- Es broma, tonta jajaja.

- Vale. Oye, veo que las cosas siguen tensas entre tú y Zulema.

- Algo... No se que hacer, se supone que con esto Zulema se debía de dar cuenta que no todo se soluciona cuando ella lo diga, pero no veo que haga algo al respecto, ni siquiera se ha disculpado con Simón.

- ¿De verdad?

- Sí, de lo contrario él me lo hubiese comentado.

- Siguen hablando con normalidad.

- Muy poco.- respondí mientras sacaba  mi pijama.- En realidad nada que tenga que ver con lo que haya ocurrido.

- Maca.

- Dime.

- ¿Puedo dormir contigo?.- me preguntó con algo de vergüenza.- Digo, hace mucho tiempo que no tenemos algún tipo de pijamada o lo que se le parezca. Aprovechando que tienes la habitación sola para ti. Pero si prefieres descansar sola, no hay problema yo...

- No, tía. Está bien, hace mucho que no conversamos hasta noche, aprovechemos hoy.

- Vale.- una enorme sonrisa se asomó en el rostro de la joven de cabello frondoso.- ¿me prestas algo que ponerme para dormir?

- Sí, espera.- fui a buscar algún polo y short suelto que pudiera usar.- Oye, ¿y Saray?, ¿no te estará esperando?

- Cierto. Le enviaré un mensaje, aunque ella sabe que quería conversar contigo y que podía ser de largo.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora