Capítulo 30

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NARRA MACARENA

Todos estos días han sido de en sueño. Sabía que lo que teníamos Zulema y yo no era una relación como cualquiera, pero me encontraba flotando en una burbuja por como ella me trataba, para nada a la Zulema que llegó aquella noche al Oasis. Podía ver la sensibilidad que había en ella, era otra persona. Sin embargo, cuando estábamos ante los demás, su carácter se tornaba más serio de lo usual, y no sabía a qué se podía deber. Está bien que tengamos que aparentar ante otros, pero no comprendía por qué lo llevaba al extremo de aveces burlarse o llamarme la atención de manera innecesaria. En fin, ella tenía mucho que perder si alguien se enteraba de nuestros encuentros.

- Maca, ¿ahora sí nos acompañas a mi casa?, vamos a tomar unas cervezas y a pasarla bien como en los viejos tiempos. Has estado mucho más distante en estas últimas semanas.

- Yola, lo siento, no ha sido mi intención...

- No te excuses con lo del baile, eh.- intervino Rizos.- hoy no tienes ensayo y es más, creo que a penas se juntan unas dos veces a la semana.

- Estefanía me siento acosada.

- Pues sí, rubia, te acoso.- bromeó.- Sabes que en mi siempre has tenido a tu admiradora secreta.

- Ya callen, par de lésbicas.- nos golpeó Yolanda.- Aunque haciendo la corrección, a Maca le molan los tíos, morena. Lo siento.

- Sí, ya lo sé. Pero si fuera lo contrario.- me abrazó.- mi estimada, ya me tendrías peor que al Fabio ese que me estresa tanto metiéndose día y noche entre nosotras, y anda que allá viene.

- Hola, muchachas. ¿Cómo están?

- Veras, estábamos tan de buenas, hasta que...

- Hasta que nos enteramos que Maca no nos podrá acompañar a una pequeña reunión de amigas en mi casa.- intervino mi otra amiga.- Ya sabes la vida recargada que tiene esta rubia.

- Sí, yo también sufro por ello, chicas.- no podía con su mirada tierna, a veces Fabio era demasiado bueno conmigo.- Solo puedo compartir con ella durante clases.

- Igual nosotras, pero llegar tú y terminas por arruinarnos el momento.

- ¡ESTEFANÍA!

- ¡RIZOS!

Gritamos Yolanda y yo casi al mismo tiempo. Esta vez se nos había escapado, saliéndose con la suya. El rostro del pobre Fabio era todo un poema, no sabía dónde meterse de la vergüenza.

- Nunca ha sido mi intension.- se disculpó.- Pensé que nos estábamos llevando mejor y que no era de incomodidad entre ustedes.

- No lo eres Fabio.- le sujeté fuertemente la mano, al menos creía que así le mostraría mi apoyo.- Rizos... está en un mal día y, bueno, parece que verdaderamente necesita esa reunión de amigas. Pensándolo bien, iré con ellas.

- Sí, vayan. Y nuevamente, disculpen mi molestia.

- Que va Fabio, disculpa a esta loca.- le dijo Yolanda. Pero nuestra amiga seguía con mala cara sin mirar a Fabio.

El muchacho se despidió con un tierno beso en la mejilla y siguió su camino hacia el estacionamiento de la universidad.

- Rizos, te estás pasando.

- Maca, no lo aguanto. No olvido todas las cosas que nos hizo Valbuena acompañado de ese.

- Tú lo ha dicho, Valbuena. No Fabio.

- Bueno.- habló Yola para calmar el ambiente.- ¿De verdad irás Maca?

- Sí, sólo denme un momento para enviar un mensaje.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora