Capítulo 14

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NARRA MACARENA

Nunca antes había tocado los labios de una mujer, ni si quiera de alguna de mis amigas. Vamos, es que durante la adolescencia fui, como dice Rizos, esa típica niña pija que no se besaba con sus compañeras por curiosidad ni por la adrenalina del alcohol, ya que lo veía como algo malo o simplemente me daba miedo. Hoy Zulema Zahir ha sido la primera con quien puedo decir teóricamente he juntado mis labios. No sentí que fuera como un pecado, pero sí algo peligroso. Me estaba vinculando demasiado con la morena y no sabía a dónde me iba a terminar por llevar todo esto.

- Disculpe, señor. ¿Puedo pasar?

- Adelante, Macarena.

- Ya terminé mi turno y todo ha quedado cuadrado.

- Bien, puedes retirarte.- seguía leyendo el documento que tenía en sus manos.- ¿Pasa algo?

- No, sólo quería pedirle si es posible que me de libre el día de mañana.

- ¿Para qué lo necesitas?.- por primera vez me prestó atención.

- Tengo varios trabajos en la universidad y pasado mañana una presentación muy importante.

- La de Zulema.

- ¿Cómo dice señor?

- La presentación para que Zulema Zahir elija al equipo de universitarios que asesorarán a su consultora.

- Sí, esa misma.

- Sabes que te quiero tener en mi equipo, Macarena.- cruzó sus piernas acomodándose en una pose más relajada.- Nada me costaría no darte permiso para que mañana faltes a tus obligaciones. Pero... aún eres una estudiante universitaria y aunque seas lo suficientemente mayor de edad, supongo que me ganaría problemas con ello. Más si tienes amigas como Zahir.

- Ella no es mi amiga, señor.

- ¿Ah, no?- ironizó.- pero por como te ha estado defendiendo últimamente pareciera que lo fueran.

- Pues se equivoca.

- Macarena. Creo que ya te lo había dicho anteriormente, ten cuidado con Zulema. Nadie sabe lo que verdaderamente pueda estar buscando de ti.

- Señor, ¿me dará el día libre o no?

- Está bien.- jugó con la pluma que estaba encima de los documentos de su escritorio.- Pero se te descontará el día en tu boleta del mes.

- Sí, lo suponía. No se preocupe.

- Bueno. Buenas noches Macarena, que sueñes con los angelitos.

Tomé mis cosas y pedí el taxi desde un aplicativo movil que no tardó mucho en notificarme que el vehículo estaba en camino. Una vez dentro del auto no dejaba de hacer los cálculos de cuánto sería aproximadamente lo que recibiría de paga por este mes que ya termina. Al menos el del martini de Zulema ya no sería ningún problema.

- ¡La rubia llegó!- escuché gritar a Rizos. Seguro que estaban esperando a que llegue para recién avanzar el trabajo.

- Rizos, hasta afuera escuché tu grito.

- Ups.

- Venga, a ver qué han avanzado.- dejé mis cosas a un costado y tomé una de las laptops de la mesa.- Bueno, algo es algo.

- Ves rubia mal hablaba.

- ¿Será qué hay alguna rubia que desea comer unos deliciosos hotdog y tomar una cervecita helada?- llegó Yola con todo lo mencionado en la mano.

- ¡Gracias! Muero de hambre.

- ¡Hey!, ¿y para mi?

- Morena, tú ya comiste lo suficiente. Solo tienes derecho a la bebida, deja a la rubia comer.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora