Capítulo 108

760 49 104
                                    


NARRA ZULEMA

Esta nueva actitud de Macarena me tomaba por sorpresa, pero para nada a mal, me encantaba la forma en la había tomado la iniciativa en todo esto.

Estábamos pasando por unas pésimas semanas en nuestra relación, cada una metida en sus asuntos sabiendo que nos íbamos separando a medida que el tiempo transcurría y no hacíamos nada para evitarlo. Vale, admito que la rubia tuvo sus momentos en los que quiso hacer algo respecto al tema, pero como era de costumbre allí estaba yo jodiéndolo todo.

Una vez más la que me había enseñado y dejado como una completa gilipollas había sido Macarena.

Me encontraba recostada casi todo el cuerpo encima suyo, con el rostro a un costado, respirando aún agitadamente cerca a su cuello. A parte de no poder hablar, no tenía las palabras precisas a decirle, si disculparme, agradecerle o dignarme a mover mi puto cuerpo de encima suyo, que seguro ya la estaba asfixiando.

- ¿Todo bien?.- fue lo único que pronuncié al ocupar mi lado de la cama.

- Sí, ¿y tú?

- Más que bien.- sonreí mirando al techo.- Gracias, rubia.

- ¿Por qué?

Acomodé mi cuerpo recostándome de costado, así poderla admirar toda ella. Macarena mantenía una atenta mirada hacia mí aún a la expectativa por mi respuesta. Joder, es que aquella inocencia era lo que muchas veces me hacía sentirme tan mal por corromper, quería pensar que todo esto era a iniciativa de la rubia y no por verse con la obligación en hacer algo para agradarme.

- Gracias por haber dejado de lado todo el orgullo que deberías tener cuando me convierto en una total hija de puta y una vez más dar la iniciativa por nuestra relación.

Con forme iba soltando mis palabras, una de mis manos acariciaba su angelical rostro, para mi el más perfecto, y acomodaba los mechones de cabello suelto que rebeldes se cruzaban en su rostro.

- He de confesarte que me ha costado.- pasó saliva algo temerosa .- No digo el ser yo la que te busque, por más que no lo quisiera hacer, siempre terminaría traicionándome a mí misma, me refiero a esto... Lo de los juegos.

- Me has tomado totalmente por sorpresa.- reí al recordar aquello.- ¿Por qué lo has hecho?

- ¿No te gustó?, joder, soy pésima para estas cosas.

- ¡Calla, rubia! Ha sido perfecto.- tomé su mano y le di un beso antes de pasar esta por mi rostro.- Todo lo que haces, lo haces con perfección.

- ¿Lo dices en serio?

- Sí, ahora dime por qué lo has hecho.

Había aprendido a leer las expresiones de Macarena, aunque en ocasiones podían llegar a costarme un poco, en este momento podía saber que existía algo por el que le apenaba decirme el motivo de su decisión.

- Vamos, habla rubia, no tienes de qué preocuparte.

- Sentí que te estaba perdiendo. Que podías haberte cansado de mí y la rutina que teníamos, sin nada nuevo, una relación un tanto monótona para alguien que acostumbra a tener una vida activa con muchas aventuras.

- Esa alguien soy yo jajaja.- empecé a burlarme por como me calificaba la rubia. Tal vez había sido yo misma quien sin querer le había ayudado a construir una mala imagen de mí persona.-  Maca.- la acerqué a mí.- Jamás me cansaré de ti rubia, ¿qué más aventuras voy a querer si estar contigo de por sí ya conlleva una?, ¿no ves todo lo que nos pasa?.- la tomé del mentón para conectar su mirada con la mía.- No tienes que hacer nada para agradarme, porque ya lo haces.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora