Capítulo 28

82 12 6
                                    

Los domingos la familia Park se dedicaba al ocio: desayunaban después de las ocho, y en el caso de Min So y Won-hae pasaban el resto de la mañana con su nieto en el jardín, ya sea jugando o hablando de cualquier tema que al niño se le ocurriera en el momento.

Miranda se quedaba en el anexo a organizar las tareas de la semana, y Young Soo hacía lo mismo en su oficina, no es que le huyeran al ocio... sino que preferían aprovechar esas horas libres de la mañana en eso, ya que por la tarde Ryonosuke pedía pasar tiempo con ellos hasta la cena.

-¿Están peleados?-preguntó Ryonosuke de repente, estaban en su habitación jugando a las cartas del Uno después de haber almorzado.

Aunque ambos evitaron mirarse desde el desayuno, tuvieron que hacer contacto visual para decidir qué decir... sin decirlo en voz alta.

-Uhm, no, corazón ¿Por qué preguntas?-logró decir ella con voz casual.

-Porque no se miran desde el desayuno.

A veces no es muy ventajoso criar a un niño tan perceptivo.

-Eso no quiere decir que estemos peleados, dragoncito, tu mamá y yo estamos en buenos términos ¿O no, Miranda?

-Por supuesto, Young Soo... y... ahora que es mi turno...-tiró su jugada y con una sonrisa triunfal añadió-¡Uno!

Ambos hombres protestaron y tiraron sus cartas con gesto de derrota.

-¡Ya es la tercera vez, mami! ¡No se vale!

-Trataré de no ganar la próxima, lo prometo.

-Me toca mezclar, siempre lo hace Ryo... creo que favoreces a tu mamá a propósito, dragoncito.

-¡Eeeeh! ¡Yo no hago tal cosa, tío Young Soo...! Are, ¿Cómo haces eso?

Young Soo pasaba las cartas de una mano a otra como un acordeón, se tomó el tiempo para enseñarle cómo mezclar con esa técnica e iniciaron otra ronda, la cual ganó Ryonosuke, rompiendo el invicto de Miranda de una manera épica.

Después de esa última ronda Ryonosuke quiso ir a la casa anexo con su madre para dormir una pequeña siesta, Young Soo decidió no acompañarlos para organizar un poco más del papeleo en su oficina.

No se consideraba un adicto al trabajo... aunque demostraba todo lo contrario organizándose un domingo, pero no le gustaba hacer todo a último minuto, Dae-hyun siempre se burlaba de su responsabilidad tan estricta... pero al final del día le daba la razón.

Una vez que terminó de organizar todo vio la hora, eran las cinco de la tarde, Ryonosuke ya debía estar despierto, así que decidió ir a ver qué estaba haciendo, los domingos siempre pasaba tiempo con Miranda, ya sea viendo películas o series que no podía ver durante la semana. Era enternecedor verlos compartir ese tiempo, delataba lo mucho que debieron unirse después de la muerte de Daiki.

-¡Puedes hacerlo, mami, solo estira la mano un poco más!

Escuchó ese grito de apoyo antes de tocar la puerta, evidentemente estaban jugando. También escuchó un oouff, aplausos dados por unas manos pequeñas y muchas risitas.

Young Soo tocó la puerta, tuvo tiempo para considerar que quizás no era conveniente interrumpir ese tiempo de diversión entre madre e hijo... pero su niño interior quería unirse al juego.

-¡Tío Young Soo! ¿Ya terminaste de trabajar?-Ryo abrió la puerta con una enorme sonrisa.

-Así es, dragoncito. ¿Estaban jugando algo divertido?

-¡Twister!

-¿Twister?-preguntó, sinceramente intrigado e ingresando a la casa, notó a Miranda en medio del recibidor, habían corrido los muebles para poder estirar la sábana a lo largo de este y sin obstáculos. Estaba sentada en el centro con una sonrisa divertida... hasta que lo vio, solo le dedicó una educada inclinación de cabeza a modo de saludo.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora