Capítulo 66.1

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Princess consideró que podía dormir una siesta de diez horas, sin contar las dos que durmió después del almuerzo, pero ahora que estaba despierta decidió explorar su casa. Era bastante grande si tenía que compararla con la anterior, y la gran ventaja era que no tenía que compartirla con sus hermanos de camada, solo con unos humanos grandes (más bien sirvientes) y uno pequeño, al que no podía considerar como su sirviente; era bastante devoto, le daba premios cuando los humanos mayores no lo veían y también sabía cuándo quería jugar y cuándo quería ser adorada desde lejos.

Hablando de humanos mayores, quien la sacó de la casa donde vivía antes se había ido cuando bajó al comedor, solo estaban los que limpiaban las habitaciones, su cama de pluma incluida. Uhmm. Verlos quitar el polvo inexistente u ordenar los cojines de los sillones no era divertido, así que decidió explorar el exterior de la casa hasta llegar a un sendero, el cual vio desde los ventanales el primer día, caminó unos metros y divisó una pequeña casa, desde ahí percibía un aroma muy familiar, lo que le dio más confianza para avanzar.

Miranda ya había finalizado su primera clase particular de ese día y estaba disfrutando su receso de veinte minutos antes de pasar a la siguiente cuando escuchó unos maullidos.

-¿Princess?-cuestionó en voz alta.

-Miaauu.

Sonrió y se levantó para abrir la puerta, ya que los maullidos provenían de la entrada. Efectivamente estaba ahí, sentada como toda una felino de la realeza, esperando a que le abriera la puerta para ingresar a la casa con toda la confianza. Miranda soltó una risita y la dejó explorar mientras caminaba hasta la cocina para preparar el primer café de la tarde. El por qué prefería tomar café y no el tradicional mate bien argento solo tenía una explicación: la yerba era muy cara en ese lado del mundo, y se acostumbró a tomar café o té mientras estudiaba...

-¿Mmmrrr?

Princess subió a la mesada de la cocina para continuar con su exploración, Miranda soltó una risita y la sujetó con suavidad para dejarla en el suelo.

-Si te subes a esta cocina, también lo harás en la casa principal y no quiero que te regañen, preciosa.

Por suerte le hizo caso y Miranda se puso de puntitas para abrir las alacenas para comprobar si tenía algo apto para darle a la gata.

-Uhmm... no tengo nada para ti, creo tengo un poco de leche, ¿Quieres que la caliente un poco o la prefieres fría...?-bajó la mirada pensando que Princess estaba cerca de sus pies, pero no, estaba sentada frente a la imagen tamaño real de Park Seo Joon, tuvo que taparse la boca con una mano para contener una risotada cuando la gata restregó la cabeza en el cartón.

-Bueno, bueno, veo que también caíste ante de los encantos de Seo Joon.

Princess dejó de restregar la cabeza y de ronronear para mirarla con curiosidad.

-Sip, a veces hablo español, es mi idioma materno y extraño hablarlo la mayoría del tiempo... ¿No te molesta, verdad?

Princess solo pestañeó como respuesta y volvió a restregar la cabeza en el cartón con un ronroneo.

-Eh, eh.-dijo Miranda con una risita, y la sujetó con suavidad para abrazarla contra su pecho-no me lo desgastés al pobre Seo Joon, aunque no te culpo, preciosa, a mi también me gustaría restregar la cabeza contra él...

Princess pestañeó otra vez como respuesta, junto con un movimiento de orejas que casi hizo chillar a Miranda por la ternura.

-¿Te quedás conmigo un ratito?me vendría bien la compañía.

La gata respondió con un ronroneo, y Miranda le dio un besito en la cabeza antes de dejarla en el piso para que siguiera explorando mientras terminaba de preparar el café, e hizo un poco de leche extra para Princess, la vertió en un platito semi hondo y lo dejó al lado de la mesa de estudio.

Cada una disfrutó de su merienda en silencio, hasta que llegó la hora de la clase particular, Miranda pudo darla sin ningún problema ya que Princess prefirió dormir una larga siesta entre los cojines del sofá en la sala de estar.

Fue un día bastante apacible para Princess, recibió mimos y jugó con la humana mayor, quien después la cargó en brazos para llevarla de regreso a la casa principal para recibir al humano más pequeño, quien también la llenó de mimos y deliciosas galletas para gatos.

Si... definitivamente la vida en esta casanueva era muy buena. ¿Qué podía salir mal...?

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El capítulo 67 se publicará más tarde ♡

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