Capítulo 51

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-¿El tío Young Soo no tendrá hambre, abuela?

-No creo, querido, por eso Ji-sun está con él ¿Ves? Ella le llevó comida.

Estaban en el living de la casa principal viendo las noticias en un televisor último modelo de 70 pulgadas, se podía ver a Young Soo junto a varios de su equipo de trabajo... y a Han Ji-sun; salían de una sala funeraria con expresiones serias, negados a declarar a pesar que la prensa los hostigaba con los flases de las cámaras y preguntas incómodas a viva voz.

Miranda no envidaba nada la vida mediática de un Park.

-Se ve cansado...-comentó Ryonosuke, preocupado. Como estaban en uno de los sofás, Miranda se deslizó más cerca de él para abrazarlo y pegarlo a su costado.

-No creo que el niño deba ver esas noticias, Min So.-expresó Won-hae con su tranquilidad habitual y el ceño fruncido.

-Solo quería comprobar cómo se veían juntos. ¿No se ven como una pareja de ensueño?

Miranda no supo cómo logró contener un suspiro de hastío, pero Won-hae no lo contuvo, y también le lanzó una mirada desaprobadora su esposa.

-¿Qué? Es cierto.

Tenía que darle crédito a Min So en ese sentido, no ocultaba que supo aprovechar ese momento de vulnerabilidad de la empresa para involucrar a la posible prometida del heredero de ese gran imperio.

El programa mostró un primer plano de Young Soo evadiendo las preguntas otra vez... y el corazón de Miranda se estrujó un poco.

La verdad... si se ve cansado.

Y no podía culparlo, desde la llamada el lunes en la mañana mientras estaban en el gimnasio, Young Soo no regresó a la casa para almorzar o para cenar... tampoco regresó para el desayuno de ese día martes, y por lo que comentó Won-hae en el almuerzo, no parecía que estaría para la cena.

Aunque no pisó la casa, no dejó de mandar mensajes preguntando por Ryonosuke ya sea a Won-hae o a Min So... mientras que a ella la llamó ese día por la mañana, justo después que el niño se fue a la escuela. Estaba en el anexo, lista para iniciar su jornada laboral cuando el celular vibró en la mesa, cuando vio quién la estaba llamando no pudo reaccionar... tardó unos buenos segundos hasta que deslizó el dedo para atenderlo.

-Solo quería avisar que no creo poder acompañar a Ryo a la piscina hoy... mi padre puede ir en mi lugar, para que no pierda el día.

-Entiendo...

-Y tampoco creo poder acompañarla en los ejercicios de mañana, Miranda, puede usar el gimnasio y hacer la rutina que quiera, por supuesto, solo... tendrá que hacerlo sin mí.

-Young Soo... está bien... no tenía que llamarme para avisar esto... imagino que está ocupado.

El suspiro del otro lado de la línea casi la derrumbó, ya su voz por sí delataba un cansancio físico y mental bastante considerable, pero escucharlo suspirar... e imaginar que estaba pasando la mano por sus ojos cansados, no ayudó a calmar la inqueitud en su corazón.

-Ocupado... sí, es una buena forma de decirlo.

Y no era para menos, desde que se supo la noticia de la explosión en una de las fábricas de electrónica, Young Soo estuvo en el ojo del huracán lidiando con la prensa sobre rumores de un mal mantenimiento de las máquinas que explotaron en primer lugar, y también estuvo con los familiares de los damnificados y sus abogados. Un modo de mantener las aguas tranquilas era asistiendo a los funerales de cada víctima que pereció en ese accidente: unas quince hasta el momento, y visitó a los treinta que estaban en el hospital en terapia intensiva.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora