Capítulo 37

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Ryonosuke durmió como un angelito el resto de la noche, no se podía decir lo mismo de Miranda y Young Soo, quienes tenían los ojos cerrados, pero no conciliaron el sueño por estar alertas por si el niño sufría otra pesadilla... y porque tenían muchos pensamientos bailando en sus mentes.

El casi beso formaba parte de esos pensamientos... y Miranda era la que estaba dándole más vueltas.

Vio la luz del amanecer saludándola por la ventana, recordándole que no concilió el sueño y que tenía levantarse para enfrentar el nuevo día. Ryo seguía dormido, acurrucado como un adorable cachorrito, Young Soo también estaba dormido, pero no era un cachorrito... sino un adulto, uno que se veía bastante tierno... y eso era injusto. Ningún mortal debería verse tierno y guapo al mismo tiempo mientras dormía.

Decidió no darle vueltas a esa realidad y se levantó con cuidado de no despertarlos, Ryo suspiró, enterneciendo su corazón y deseando comerlo a besos.

-Oh, buen día, Miranda.-susurró Min So, se encontraron mientras ella salía de la habitación.

-Buen día-saludó Miranda con una inclinación de cabeza y tono educado.

Min So miró por encima de su hombro, no pudo descifrar si le gustó o no ver a su hijo y nieto tiernamente dormidos... tampoco si le afectaba que ella haya dormido con ellos.

-¿Descansaron bien? ¿Min ho presentó síntomas?

-Sí, señora Park. Y Min ho... no, hasta ahora no manifestó ningún dolor.

-Eso es bueno...-su ceño siempre serio cuando hablaba con ella se suavizó por el alivo-algo menos de que preocuparnos. Creo que es casi una suerte que enfermera en fin de semana... así tiene tiempo para recuperarse hoy y mañana.

Miranda solo pudo asentir... porque coincidió con ella, pero hace tiempo aprendió a no intercambiar muchas opiniones con Min So, solo lo justo y necesario. Se despidió con otra inclinación, porque quería ir al anexo a cambiarse para el desayuno.

-¿Miranda?

Se detuvo a mitad de camino, Min So tenía una expresión indescifrable... ella no entendió por qué la llamó de repente, pero no manifestó la sorpresa al decir con tono neutro.

-¿Sí, señora Park?

La observó varios segundos, seguro detectó que no pudo dormir en toda la noche por la preocupación por su hijo... (y por otras cosas, con nombre y apellido y que medía casi un metro noventa).

-Nada. El desayuno será a la hora de siempre... y después de eso discutiremos el nuevo régimen de comidas del niño. Por lo menos este fin de semana, seguro su estómago quedó sensible y evitaremos los condimentos por ahora.

-Entiendo... -asintió, asimilando su propuesta y un poco sorprendida que la tuviera en cuenta, Min So podía llenarse la boca diciendo que ambas discutían la dieta de Ryonosuke desde el principio, es decir, desde que llegaron a Seúl... pero no fue así, Miranda solo era espectadora, rara vez podía intervenir, pero lo permitía porque Min So tenía razón: conocía todo sobre la enfermedad porque Dae-hyun la sufrió desde pequeño, podía recitar cada contenido de cada comida y analizar si era buena o mala para el que sufría dicha enfermedad. Como madre, podía cederle ese poder porque era en bienestar de su niño.

-La veo en el desayuno, entonces.

Min So se despidió con una inclinación formal, pero logró ver un destello de empatía en sus ojos por unos segundos... pero Miranda no se hacía ilusiones con eso, solo quería ir al anexo, darse un baño y desayunar como si fuera un día como cualquier otro.

Young Soo escuchó el breve intercambio de las mujeres, al igual que Miranda, sólo fingió que se quedó dormido... aunque es probable que en algún momento de la madrugada cedió al sueño REM, pero al abrir los ojos cuando Miranda salió de la habitación, sintió que no había dormido nada. Se levantó con cuidado de no despertar al pequeño Ryo mientras su madre ingresaba a la habitación para cuidarlo.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora