Capítulo 6

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Miranda trataba de mantenerse serena, incluso un poco más risueña para que su hijo no sospechara que lo único que deseaba hacer en ese instante era tomarlo en sus brazos y huir de ahí. Era un gran esfuerzo físico y mental, no obstante logró mantenerse tranquila hasta que llegó lo que pidieron, Ryonosuke se dividía entre comer los pedazos de los pasteles y en seguir su charla con Young Soo.

He aquí donde la inquietud en su corazón se intensificaba. Su hijo no había estado así de hablador en mucho tiempo, quizás quería animar a este hombre que en realidad era un total desconocido para él, su corazón era demasiado noble como para ignorar un alma herida cuando la veía, Miranda en cambio estaba demasiado herida con el mundo y la humanidad en general como para manifestar ese nivel de empatía.

-¿Tiene novia, onii-san?

Young Soo se ahogó mientras daba un sorbo a su capucchino recién servido.

-Ejem, no.

-¿Por qué no? ¿Las mujeres coreanas no gustan de hombres como usted?

-¿Hombres como yo?

-Gigaaantes. ¿Sabe? Creo que es el hombre más alto que he visto, y eso que mi papá Daiki era alto, pero no tanto como usted. Mamá, ¿Verdad que es más alto que papá?

Miranda apretaba tanto los labios que eran solo una línea blanca.

-Sí, es más alto.

-¿Lo ve? A mi mamá no le gustan los hombres altos-confesó, poniendo una mano en su boca como si le contara un secreto, pero su voz no bajó en ningún momento-dice que tendría que usar tacones, y ella odia los tacones.

-Oh, ya veo.

Esta vez no pudo evitar burlarse de ella, al menos con la mirada, fue interesante ver cómo se debatía entre regañar a su hijo (él notó que no tenía corazón para hacerlo) o devolverle la mirada con más odio. Se decidió por esto último, apenas si pudo contener una risita.

-¿A usted le gustan las mujeres altas o bajas?

-Corazón, creo que ya interrogaste bastante a este onii-san ¿Por qué no vas a ver al nuevo gato que adoptaron?

-¿Hay un gato nuevo?

-Ese atigrado no estaba la semana pasada.

-¿Eh?-trató de mirar por encima del hombro de Young Soo, buscando al nuevo integrante del Neko Café.-¡Oh, es verdad! Es muy esponjoso.

Saltó de su silla y fue directo al gato que estaba dormitando y moviendo la cola en una de las torres principales del castillo. Una de las camareras lo acompañó para conocerlo.

-Así que no le gustan los altos, con razón me mira como si fuera el lobo de Caperucita Roja.-comentó Young Soo en coreano, disfrutando de los últimos bocados de su pastel de chocolate.

-¿Cómo dice?

Ella frunció el ceño, sólo lo suavizaba cuando su hijo estaba cerca, pero en cuanto él se alejaba... boom, volvía mirarlo con enojo.

-Lo está haciendo de nuevo.

-¿Y todavía se pregunta por qué?

-Sé que anoche no empezamos con un buen pie... por eso intenté disculparme hace rato, pero usted me rechazó.

-No lo hice, acepté su disculpa.

-Y después dijo que la dejara en paz.

-Lo que, evidentemente, no hizo.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora