Debido a las visitas de la tarde, el regreso a Seúl tuvo que retrasarse hasta la madrugada del día lunes, algo que no puso muy feliz a Min So porque le habían asegurado que estarían en Seúl para la cena familiar, pero quien tuvo que lidiar con ella fue Young Soo, por suerte, y logró tranquilizarla diciendo que tomarían el primer vuelo de regreso a las seis de la mañana, estarían a tiempo para el desayuno y para que Ryo asistiera a la escuela sin problemas. Miranda logró aplacar su temperamento gracias a las visitas, pero si no fuera por ellas estaría despotricando contra Min So y su sobreprotección, estaban en Kyoto, por todos los cielos, era su primer hogar, y no tenía nada de malo que Ryo se reconectara con ese lugar aunque sea por un día.
-Está murmurando entre dientes otra vez, leona.-comentó Young Soo con una sonrisa pícara, tomándola por sorpresa porque se colocó a su lado de repente.
-Yo no... -suspiró, resignada, estaba lavando los diversos utensillos que usaron en la cena en el fregadero de la cocina-bueno, sí, estoy un poco ofuscada, eso es todo.
-¿Por el sermón de mi madre sobre que no cumplimos con nuestras promesas?
Young Soo se apoyó en la mesada del fregadero con toda la naturalidad, también cruzó los brazos y le regaló una sonrisa divertida.
Una que Miranda no pudo evitar corresponder.
-Quizás.-retomó la tarea de lavar los platos, eran bastantes porque recibieron a los amigos y los padres de estos amigos de Ryo, que eran seis en total, más a Yurika y a Takeshi, en resumen... tenía muchos platos y platitos para lavar.
-Mami... ¿Ya vas a leerme un cuento?
-Miaau.
Dio media vuelta para comprobar que Ryo ya estaba vestido con su pijama de seda azul, Princess estaba a sus pies... sin pijama, pero parecía muy dispuesta a acompañar a su pequeño amo mientras le leían un cuento.
-Yo terminaré con esto.-murmuró Young Soo, y se arremangó las mangas de su sueter negro, listo para asumir la misión.
-¿Seguro?
-Por supuesto que sí, no parece tan difícil
Miranda deseó iniciar una breve discusión sobre que él nunca hizo una tarea doméstica porque tenía empleados que se encargaban de eso, pero Ryo ya la esperaba y se estaba restregando los ojitos por el sueño, la discusión podía esperar.
-Bien... mi niño hermoso ¿Quieres un cuento especial el día de hoy?-preguntó con dulzura mientras lo arropaba, cuando terminó con esa tarea se sentó en el borde de la cama, Princess eligió ese momento para saltar y acostarse del lado de la pared.
-No... puedes contar el que más te guste, estoy seguro que a Princess también le gustará.
La mencionada respondió con un ronroneo, Miranda no resistió el impulso de acariciar su cabeza y rascar con suavidad detrás de sus orejas.
-Ya veo, entonces...
Young Soo dejó su tarea de lavar los platos para escuchar el cuento desde el umbral de la puerta, su corazón casi se derritó por la ternura al comprobar que la leona tenía dos espectadores escuchando cada palabra, aunque Ryo se durmió a la mitad, como siempre, y Princess parecía muy dispuesta a mantenerse despierta hasta el final, pero Miranda le dio una tierna caricia en su cabeza y se acurrucó al lado de su pequeño amo para ceder al sueño.
-¿Qué pasó?-cuestionó ella con suavidad, saliendo de la habitación de puntitas.-¿No dijo que no parecía tan difícil?
Correspondió su sonrisa burlona y regresaron a la cocina.
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Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
RomanceEl futuro parecía brillar para Miranda Ocampo tras trasladarse a Seúl para estudiar el idioma coreano en una de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, una tormentosa relación de una noche cambió sus planes para siempre. Al descubrir que es...