Capítulo 87

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Las náuseas matutinas de Miranda por fin se calmaron, aunque fue advertida de estos síntomas... padecerlos era diferente, ya tenía que lidiar con las emociones de lo que pasó el día anterior y el hecho de que había pasado la noche con Young Soo como si la decisión de mantenerse alejados nunca hubiera existido.

Sacudió la cabeza, frustrada, lo mejor que podía hacer en ese momento por el bien de su salud mental era tomar una ducha y enfrentar lo que quedaba del día con la frente en alto, seguro tendría que presentar más declaraciones en contra de Kyung Min... y seguro Young Soo volvería a Seúl a cumplir sus deberes, si se detenía a pensar en cómo la afectó que estuviera para ella en ese momento tan crítico, nunca avanzaría.

Estaba disfrutando la sensación del agua caliente en sus hombros tensos cuando escuchó la puerta abrirse de manera estrepitosa, gritó por el susto y se cubrió los pechos por instinto, aunque Young Soo la miraba como si no la mirara realmente a pesar de su desnudez.

-¿¡Qué te pasa, millonario pervertido!?

-Nada.-dijo él con voz tranquila, cerró la puerta del mismo modo.

Los ojos de Miranda se saldrían de sus cuencas si los abría más.

-¡Estoy duchándome!

-Lo sé.

La calma que manifestó la alteraron más... hasta que prestó más atención a su expresión, no había deseo en sus ojos, nada de segundas intenciones, solo calma en medio de una tormenta catastrófica.

-Podrías haber tocado la puerta, si necesitas atender una necesi... ¿¡Qué estás haciendo!?

Se estaba quitando la camiseta térmica, después pasó a los pantalones.

-Quiero bañarme.

-¿¡No puedes esperar a que termine de bañarme yo!?

-Tal vez... puedes quedarte si quieres.

No era Young Soo, definitivamente no era él en ese momento; terminó de quitarse la ropa y pateó el montón a un lado antes de ponerse bajo el agua de la ducha, Miranda había retrocedido para cederle ese espacio, demasiado estupefacta como para tener una reacción más dramática.

-¿Qué te pasa, Young Soo?-cuestionó, por fin encontrando las palabras.

Él se pasó ambas manos por sus mechones mojados, solo giró la cabeza para mirarla de lado y contestar:

-Nada... solo quería darme una ducha rápida.-volvió la vista al frente y suspiró, parecía más abatido y cansado-solo eso... prometo terminar rápido.

El corazón de Miranda se encogió, definitivamente no era el Young Soo de siempre en ese momento ¿Qué lo abatió tanto? Esperó en silencio por una respuesta que nunca llegó; le dio la oportunidad para ver cómo el agua se deslizaba por su espalda, el fruto de su rutina fitness era notable y sería muy hipócrita si no admitía que que quería pasar las manos y sentir la calidez de su piel...

-Todavía tienes un poco de sarpullido por las picaduras de las hormigas.-señaló con voz neutra, porque era cierto, tenía el rastro de cada una en toda la espalda.

-Uhmm.-asintió él.

-¿No tienes comezón?

-No... por ahora no.

Miranda hizo un murmullo afirmativo, y no supo qué la impulsó a posar la mano entre sus omoplatos, pero lo hizo, notó que él inspiró profundo y que los músculos bajo su mano se tensaron.

-¿Seguro que estás bien? Estás actuando un poco raro...

-Sí, estoy bien.

No, no lo estás.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora