-¿¡Que Young Soo compró qué cosa!?-chilló Min So, y se escuchó en toda la casa.
Era una buena manera de iniciar la mañana, pensó Miranda mientras bajaba las escaleras, era su primera mañana en la casa principal, despertó en la habitación de Ryo, sola, porque el niño ya se había ido a la escuela, el por qué no la despertaron para despedirlo tenía una explicación muy simple: cansancio extremo, solo tuvo fuerzas para desearle un buen día, y volvió a dormirse hasta que su estómago la despertó dando un rugido, exigiéndole comida.
-¿Qué pasó?-le preguntó a una de las empleadas encargadas de la limpieza, si mal no recordaba su nombre era Song Ye ri.
-Oh, señora Miranda.-la saludó con un cabeceo educado antes de añadir-bueno, verá... el presidente Park compró algo y están preparando la entrada para instalarlo...
-¿Qué compró?
-¡Una maldita cabina de desinfección!-contestó Min So, llegando al pie de las escaleras donde estaba Miranda.
La empleada subió las escaleras, huyendo de la furia de la matriarca, Miranda no pudo culparla por eso.
-¿Una cabina de desinfección?-cuestionó Miranda, realmente intrigada por la compra.
-¡Sí, van a instalarla en la entrada principal, y van a traer otra para la salida al jardín! Esto es absurdo, voy a hablar con mi hijo en este instante.
Min So pasó por su lado para subir las escaleras como un huracán furioso, el cerebro de Miranda todavía estaba un poco dormido y no tenía la capacidad para procesar la situación... era eso o se acostumbró tanto a los chillidos de Min So que uno más no hacía la diferencia.
-¡Señora Miranda!-la saludó la cocinera Shin apenas pisó el comedor, antes de llegar se cruzó con Mae-hwa, pero no pudo hablar con ella porque estaba con unos empleados y Won-hae en la entrada debatiendo sobre la instalación de la cabina.
-Hice gachas de arroz, ¿Quiere eso y un poco de té?
Asintió con una sonrisa como respuesta, todavía le costaba asimilar todas las atenciones que tenían con ella desde que regresó, no es que antes no fueran amables, no obstante parecía que querían mimarla a toda costa, y no estaba acostumbrada a eso.
-... sabía que la compra del presidente Park alteraría a la señora... pero no pensé que sería para tanto.-comentó la señora Shin después de servirle la comida y la taza con té recién preparado.
-Supongo que una cabina de desinfección no es un mueble muy estético para la entrada de la casa.-añadió, solo para seguir la conversación.
-No... pero es para proteger a todos los miembros de la casa, no solo a usted, creo que es una buena inversión...
Miranda estaba a punto de dar el primer bocado a su comida cuando ella dijo eso, la mano quedó suspendida a medio camino antes de soltar un confundido:
-¿Eh?
-Sí, una buena inversión.-repitió, con expresión resuelta- todos estamos expuestos al polvo fino cuando salimos de esta casa, y tener una cabina que nos descontamine antes de entrar es un alivio... no solo para evitar que usted tenga otro ataque, también nos está protegiendo a todos, es muy noble de su parte...
El estómago de Miranda cayó hasta sus pies, primero invirtió en las máscaras... ¿Ahora en una cabina de desinfección? No quería imaginar lo siguiente, de hecho, le parecía raro que no ordenara a todos que usaran el barbijo y batas quirúrgicas como en el hospital.
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Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
RomantizmEl futuro parecía brillar para Miranda Ocampo tras trasladarse a Seúl para estudiar el idioma coreano en una de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, una tormentosa relación de una noche cambió sus planes para siempre. Al descubrir que es...