Capítulo 32

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La alarma en la mesa de luz retumbó en toda la habitación, Ryonosuke fue el primero en quejarse:

-Mmmm... cinco minutos más...

Los cerebros de Miranda y Young Soo escucharon la alarma y también desearon dormir cinco minutos más. Abrieron los ojos, con la neblina del sueño imposibilitando la visión por unos instantes... hasta que procesaron que estaban uno frente al otro, con Ryonosuke en el medio... y con las manos enlazadas.

-Alarma... alarma...-Ryonosuke se removió con inquietud.

Miranda fue la primera en reaccionar, liberó la mano para apagar la molesta alarma, ya que estaba de su lado de la cama, Ryonosuke por fin abrió sus tiernos ojos y la miró con curiosidad.

-¿Mami? ¿Te quedaste dormida en mi cama?

-Eeh.... Eso parece.

No tenía valor para ver a Young Soo, pero sus miradas se encontraron a pesar del bochorno... y la apartaron segundos después.

-¿Tío Young Soo? ¿También te quedaste dormido en mi cama?

-Ejem, sí.

Se pasó una mano por la cara para terminar de despertarse, evitando el contacto visual con Miranda.

-Con razón dormí tan calentito. Ustedes dos son muy calentitos. Funcionan mejor que una manta.

A pesar del bochorno el corazón de Miranda se derritió por la ternura y depositó un beso en la frente del niño.

-Buen día, corazón, hay que levantarse para ir a la escuela.

Ryonosuke soltó un quejido y ocultó la cara en la almohada.

-Ñiio.

-Sí, sí.-Miranda palmeó su espalda con suavidad y con una sonrisa tierna-arriba, mi niño hermoso.

Él se quejó otro poco, pero logró persuadirlo con palabras tiernas... y Young Soo aprovechó para levantarse y estirar los brazos. Él y Miranda quedaron solos cuando Ryonosuke fue al baño a atender sus necesidades.

-Uhm... creo que anoche estaba muy cansado... no me di cuenta cuando me quedé dormido.

Ambos evitaban el contacto visual, se negaban a admitir que amanecieron en la misma cama (a pesar que el pequeño Ryonosuke estaba en el medio) y que además sus manos estaban enlazadas... como si hubieran derrumbado los muros que los separaban emocionalmente.

-Yo igual... ayer fue un día muy largo para los dos. No volverá a pasar.

-Lo de que fue un día largo es bastante cierto...

-Será mejor que regrese al anexo, volveré para desayunar. Nos vemos.

Miranda huyó con una educada inclinación de cabeza, negándose a darle más importancia al asunto. Solo fueron dos adultos cansados que cedieron al sueño en la misma cama, que sus manos se encontraran en sueños solo era una coincidencia.

Young Soo trató de pensarlo de la misma manera, pero era incapaz de olvidar lo bien que durmió después de mucho tiempo, quizás la voz de Miranda tenía algo mágico... o era la ternura que transmitía, aunque no era dirigida a él... la sintió de todos modos.

En el desayuno se comportaron como si nada hubiera pasado, Ryonosuke fue a la escuela, Miranda se quedó en el anexo, y Young Soo fue a trabajar.

La sorpresa llegó al mediodía, cuando el asistente de Young Soo le avisó que su madre estaba fuera de su oficina para visitarlo.

Su madre no era de visitarlo en la empresa, y como era su descanso para comer, la llevó a almorzar a un restaurante elegante.

-Agradezco que me visites, madre... pero imagino que tienes otras intenciones.-comentó Young Soo sin perder el tiempo. Su madre tenía una actitud bastante sospechosa, una sonrisa forzada que le indicaba que iba a decirle algo que no le gustarías.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora