Capítulo 39

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Miranda abrió los ojos... y comprobó lo que ya sabía que pasaría cuando los cerró en la noche: le dolía la cabeza, eso traía como consecuencia que no tuviera ganas de iniciar el día.

Por eso evitaba hablar del pasado. La dejaba emocional y físicamente agotada. Era muy consciente de que no siempre podía estar a la defensiva, pero podía elegir a la persona con quién bajar esas defensas...

Y Young Soo no debía ser una de ellas, pero en la noche todo se salió de control. Primero el beso... luego la verdad sobre Dae-hyun... era demasiado para procesar en poco tiempo. Deseó poder pasar el resto del día del anexo alejada de todos los Park en general... pero Ryo no tenía la culpa de nada, por él valía la pena el esfuerzo de levantarse y hacer como que la noche anterior no existió.

No era lo más adulto... pero era lo más sensato para su estabilidad emocional.

Trató de mantener esa sensatez cuando se cruzó con Young Soo en la casa principal, era obvio que tenía que verlo en algún momento... y esperaba tener la misma actitud de siempre: fría, educada... distante, logró un poco de eso, pero se notaba que la verdad de la noche anterior abrió una brecha entre ellos... una del tamaño del Gran Cañón.

-Maamiii...

Ryo bajó de las escaleras con su pijama azul de seda, el cual lo hacía ver como un pequeño hombrecito demasiado adorable. Miranda abrió los brazos para apretarlo contra ella... y sentir que todo lo malo se esfumaba por unos segundos.

-Buen día, corazón ¿Dormiste bien?

Percibió que Young Soo sonreía desde la distancia... y que retomó su camino a la cocina.

-Sí, mami...

Él la miró con demasiada atención, Miranda se aseguró de lavarse la cara con agua bien fría y de bajar la hinchazón de los ojos con paños igual de fríos, borrar las evidencias de que había llorado la noche anterior era la parte fácil, lo difícil era pasar la prueba del instinto de su niño para detectar la tristeza en otras personas.

-¿... tu... dormiste bien? te ves un poco cansada.

Miranda contuvo un suspiro a duras penas, sonrió con optimismo para pasar el radar empático de Ryonosuke.

-Dormí bien, corazón, no estoy cansada... ¿Ya te lavaste los dientes para desayunar?

Desviar la conversación a lo cotidiano era lo mejor, y que Min So apareciera para dar los buenos días le permitió huir un poco más de las preguntas que no quería responder en ese momento.

El resto de ese día domingo trató de vivirlo como otro domingo normal, aunque pasó más tiempo dentro de la habitación de Ryo, ya que todavía estaba un poco convaleciente... pero, en opinión de Miranda, solo quería que lo mimara más de lo normal, y ella estaba encantada con eso.

Young Soo se tomó la brecha del Gran Cañón muy en serio, al menos en la parte emocional, físicamente pasó unas horas con ellos jugando a las cartas, o un juego de aventuras en el Nintendo de Ryonosuke, pero no la miraba ni la hablaba si eso no era estrictamente necesario. Miranda tenía que admitir que envidiaba que él tuviera las fuerzas para hacer como que la noche anterior no existió, mientras ella todavía podía sentir sus brazos alrededor... y lo mucho que anheló olvidar la lógica y dejarse llevar por las emociones que despertó después de tanto tiempo...

Suponía que esos sentimientos se enfriarían muy pronto, solo tenía que darse un tiempo, y hacer hasta lo imposible para mantener la distancia que ya había establecido entre ellos.

-¿Mañana puedo ir a la escuela? ¿En serio?

Min So y Miranda estaban con el pequeño, en su habitación, ya era la hora de arroparlo para dormir.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora