Capítulo 84

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Do Jin, Seo y Kwon se fueron de la casa solo unas horas después, aprovechando que Young Soo se quedó tan profundamente dormido que ni siquiera una estampida de elefantes lograría despertarlo.

-Lamento dejarla sola, Young Soo seguro se pondrá como loco cuando despierte... pero necesita descansar.-dijo Do Jin a Miranda antes de salir de la casa, estaban en la entrada viendo como los demás acomodaban todo en el auto.

-Bueno... con ese esguince en el tobillo necesita tres días ¿No? es viernes... supongo que podrá irse con ustedes el domingo por la tarde.

-Diría que necesita más de tres días, señora.-agregó con una sonrisa penosa.-¿Puedo confesarle algo?

Miranda asintió con expresión neutra, Do Jin se veía tan preocupado por Young Soo... era inevitable no sentirse conmovida por eso.

-Él trabaja el doble desde que usted se fue... aunque cumple con sus deberes y no descuida al pequeño señor... es evidente para todos que la extraña mucho... que extraña pasar tiempo con ambos.

Quería decirle que se estaba entrometiendo demasiado, él debió captarlo sin que lo dijera en voz alta porque añadió:

-No estoy muy seguro qué pasó entre ustedes las últimas semanas... pero espero que puedan hablarlo en estos días y encontrar la paz.

Ella no tenía energías para contestarle, solo se despidió de él y el resto del grupo, y les agradeció que trajeran a Ryo, después regresó a la casa, donde reinaba una cierta paz porque Princess y Mochi estaban en esquinas opuestas, subió las escaleras hasta la habitación del niño... pero no lo encontró ahí, no pudo evitar suspirar, seguro estaba en la de Young Soo... y no se equivocó, lo vio salir de puntitas, luego cerró la puerta muy despacio para no hacer ningún ruido.

-¡Mami!-susurró, la puerta se cerró con un click bien sutil y caminó de puntitas los últimos pasos que los separaban.-sé que me dijiste que no despertara al tío Young Soo... pero no lo hice, lo juro, está bien dormido, ronca con la boca abierta.

Miranda apretó los labios para no soltar una risita, eso lo último lo dijo con una expresión tan sorprendida que era demasiado adorable.

-Entonces tenemos que dejarlo descansar, corazón.-dijo con una sonrisa comprensiva, extendió la mano para sujetar la de él, más pequeña.

-¿Le pedirás a Ye-ri que le guarde algo para la cena? Quizás tenga hambre cuando despierte.

-Por supuesto que sí, pero... ¿Corazón?

-¿Si?

Miró sus ojitos, tan grandes e inocentes, el corazón de Miranda no podía soportar ver la angustia y tristeza en ellos otra vez.

-¿Quieres armar un rompecabezas? Vi que tenemos uno de gatitos.

-¿¡En serio!? ¡Sí, quiero armarlo!

Él tiró de ella hacia la habitación para buscar dicho rompecabezas, después bajaron hasta la sala de estar, donde seguían manteniendo a Princess y a Mochi bien alejados uno del otro... pero cuando Ryo se puso a armar el rompecabezas en el piso alfombrado, ambos se acercaron para espiar. Shin tuvo que sumarse al juego para proteger a Mochi de los siseos de Princess... el gato la miraba con tanto desasosiego que Miranda tenía que hacer un esfuerzo titánico para no abrazarlo... pero ella estaba encargada de contener a la gata, así que tenía que limitarse a regañarla y acariciarla detrás de las orejas para calmarla.

Cuando terminaron, Miranda supo que era momento de retomar la conversación, no quería posponerla por más tiempo.

-Ryo... corazón.-dijo con suavidad, mientras el niño guardaba las piezas una por una.-tenemos que hablar.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora