Capítulo 2

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7 años atrás...

Miranda Ocampo era una joven mujer de veinte años acorralada por dos amigas coreanas, una japonesa, una de Estados Unidos y otra de Rusia. Las cinco la miraban con ojos brillantes, llenos ilusión, y... ¿Cómo negarse sin considerar que las cinco no le dejarían vida por el resto del año?

-Oh... está bien, sí voy al club esta noche.-contestó en inglés, el único idioma que todas hablaban con fluidez.

Las cinco se abalanzaron sobre ella, chillando de felicidad. Miranda consideró la posibilidad de huir, pero no cuando las cinco tenían ese nivel de entusiasmo.

-Bien, bien, Mira-chan, ahora... ¿Qué debemos usar?-esa era Yurika, tenía la misma edad que ella y tenía un espíritu muy alegre, fue la primera en acercarse a Miranda cuando empezaron el curso de coreano en la universidad Konkuk, en Seúl.

-Nada escandaloso, o mi madre nos reprenderá. No es muy dada a la moda de hoy.-contestó Yang Mi.

Miranda ya empezó a sentir pánico, Yang Mi era hija de la casera del Hasukjip, una residencia con ambiente familiar para estudiantes extranjeros como ella, Yurika, Amanda e Irina. Ha-neul era amiga de la infancia de Yang Mi, y como siempre andaban juntas... la amistad se dio por sí sola. Igual que con Yurika, Amanda e Irina. Las cinco tenían un espíritu alegre, amistoso, muy sociable, Miranda no pensó formar amistades tan rápido cuando llegó a Seúl hace dos meses, pero disfrutaba de la experiencia de pasar el día con ellas; se ayudaban con las clases y compartían muchas horas de estudio.

-Si la moda de hoy significa usar faldas muy cortas, me niego rotundamente. No tengo dinero para depilarme las piernas.

Eso provocó que todas se echaran a reír, y Yurika a protestar:

-¡La depilación es muy cara!

-Yo puedo prestarte una de mis maquinas de afeitar-sugirió Irina, sonriendo con amabilidad.

-¿¡Usada!?

-¡No, una de las nuevas!

-Mi piel es muy delicada, tengo alergia a tooodas las cuchillas de afeitar. No puedo, no puedo, no puedo.

El debate se extendió casi por media hora, y al final decidieron que Yurika usaría un jeans para cubrir sus piernas peludas, y las demás usarían faldas, sin excepción.

Miranda deseó ser alérgica a la maquinita de afeitar para evitar usar dicha prenda, pero no tenía alternativa, Yang Mi, Ha-neul, Amanda e Irina eran una fuerza de la naturaleza a tener en cuenta.

Bien, qué se le iba a hacer, era bueno cambiar de look de vez en cuando. Ya era un milagro que la consideraran para salir a un club, no es que no salieran juntas antes... pero del grupo, Miranda era casi la mamá gallina de todas, no podía evitarlo, por más que tuvieran la guía de Yang Mi y Ha-neul... la ciudad podía ser peligrosa si no se andaba con cuidado.

-Miranda, tengo el vestido perfecto para ti.

Yang Mi tenía esa mirada de futura estilista de las estrellas, esa que decía: voy a hacer que te veas bonita y que todos se babeen por ti.

-¿No será el negro ajustado, verdad?

-¡Exactamente!

Trató de no rezongar, odiaba los vestidos ajustados, odiaba todo lo que fuera ajustado, en realidad. Tenía que ser realista, no tenía la figura delgada de Yang Mi, poseía la figura curvilínea propia de su origen latino, y eso la hacía destacar del resto de las chicas. ¿Cómo podías distinguir que ella era la latina del grupo? Por las caderas redondeadas y piernas regordetas, aunque Yang Mi le decía que no era regordeta, tenía piernas torneadas, pero nadie le podía quitar de la cabeza que si los muslos se rozaban al caminar como los de ella, entonces entraban en la categoría de piernas regordetas.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora