-... q.... q.... ¿Qué?
-¿Quiere casarse conmigo, leona?-repitió Young Soo con tranquilidad, incluso esbozó una sonrisa suave, enternecedora.
El cerebro de Miranda todavía estaba procesando sus palabras, pero el resto de su cuerpo empezó a sudar frío, a pesar de eso sintió la calidez de las manos de Young Soo sujetando las suyas mientras esperaba pacientemente su respuesta.
-Se... ¿¡Se volvió loco!?-chilló, mirándolo con los ojos desorbitados.
-Esperaba esa respuesta, la verdad.-contestó Young Soo con una mueca, no parecía dolido ni sorprendido.
Quiso gritarle de nuevo si se volvió loco, pero las palabras no salieron, básicamente porque empezó a hiperventilar, agitó las manos para que la soltara, y cuando lo hizo, se alejó unos pasos para caminar como un animal enjaulado.
-Miranda...
-¡No!-se detuvo y lo señaló con el dedo acusador-¿Se golpeó la cabeza antes de venir? ¿Está borracho?-se acercó y olfateó con precisión.
-No estoy borracho, leona.-contestó con la misma tranquilidad.
Como si no hubiera lanzado una bomba capaz de destruir a la humanidad, o más bien, la estabilidad mental de Miranda.
-¿¡Entonces por qué dijo eso!?
-¿Le parece una locura que quiera casarme con usted?
El cerebro de Miranda explotó, literal y metafóricamente.
-¡Por supuesto que sí! ¡Es una locura monumental!
-Yo veo que es el camino más lógico.
-¿¡El camino más lógico!?-repitió, sintiendo que su ojo empezó a latir, trató de tomar un respiro para tranquilizarse, pero salió una risita histérica y continuó mirándolo como si estuviera loco.
-Sí, si se casa conmigo puedo protegerla... puedo protegerlos a ambos, a usted y a Ryo.-razonó él con la misma tranquilidad.
Miranda sintió que salía de su propio cuerpo y que estaba en una realidad alterna, hasta que sacudió la cabeza y recordó otra realidad, otro momento de su vida donde tuvo que tomar una decisión para proteger a su niño.
-... ya de por sí Ryo goza de la protección de la familia... pero usted no, leona.
-Regresé a Corea porque usted prometió que Ryo recibiría la mejor atención para tratar su enfermedad, y está cumpliendo eso muy bien. No necesito la protección del apellido Park, y nunca la necesitaré.-dijo mirándolo directo a los ojos, con toda la tranquilidad y determinación que pudo reunir.
-Entiendo que lo propuse de manera repentina y quizás necesite un tiempo para pensar...-no parecía afectado por sus palabras, y eso desequilibró el ánimo ya desiquilibrado de Miranda.
-¡No necesito pensarlo! Su propuesta está fuera de lugar y no voy a aceptarla, no quiero repetir como un loro... ¡Pero es una locura! Y tengo la opción... no, tengo el derecho de negarme rotundamente y de darle una lista más larga que bufanda de jirafa donde ennumere todas las razones por las que no debería casarme con usted, Park Young Soo.
-¿Puede darme una de esas razones ahora?-contestó él, cruzando los brazos y mirándola con cierto desafío... y una sonrisa apenas contenida.
Ella se sintió fuera de su cuerpo otra vez, ¿Cómo podía mostrarse tan sereno, incluso divertido ante la negatividad tan rotunda a su propuesta?
-B...bu...bueno... -aunque dijo lo anterior, en ese momento su cerebro decidió no cooperar-no es... no soy...
-¿No es qué, leona?
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Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
Roman d'amourEl futuro parecía brillar para Miranda Ocampo tras trasladarse a Seúl para estudiar el idioma coreano en una de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, una tormentosa relación de una noche cambió sus planes para siempre. Al descubrir que es...