Capítulo 48

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Miranda no vio a Young Soo el resto del día, y eso no era anormal, ya que estaba en el anexo estudiando y trabajando alejada de la casa principal... y del mundo en general. Solo volvía a conectarse cuando Ryo llegaba de la escuela.

La tensión en Min So durante la cena era evidente, la discusión con Young Soo la dejó más arisca de lo normal... aunque trató de disimularlo por Ryonosuke, al menos tenía el corazón para no abrumar al niño con problemas de adultos.

Miranda no pensó que era una alivio que Young Soo no asistiera a la cena familiar, solo atrasaba lo inevitable, si lo hubiera visto después de la cena... o incluso después de que acostó a Ryo, habría encontrado el momento para decirle que desistiera de la propuesta que le hizo en la mañana.

Era lo más sano que podían hacer. Lo más adulto. No eran un par de adolescentes viviendo una relación prohibida. No tenían que ceder al deseo si no querían...

<< Bueno, no es que voy a obligarla, sólo vendré a la media noche... y tocaré tres veces, si no abre la puerta, retrocederé y haré como que no pasó nada, pero si la abre... retomaremos lo que estábamos haciendo... y no pensaremos en las consecuencias. >>

Toda la conversación se grabó a fuego en su memoria, no dejó de repetirla a lo largo del día, eso le permitió enumerar todos los argumentos necesarios para evitar una tragedia.

Se los repitió mientras se dio su ducha diaria antes de dormir, y mientras realizaba todas las tareas antes de acostarse, ya vestida con su pijama favorito y con un libro en la mesa de noche. Ese era su momento de paz... donde trataba de decirse que no le molestaba la soledad, solo tenía que acostumbrarse y sobrevivir al drama un día más...

Toc. Toc. Toc.

Hizo todo lo humanamente posible para no ver la hora cuando llegó después de acostar a Ryo, solo sabía que salió de la casa principal alrededor de las diez, y Young Soo no había dado señales de vida, solo avisó que trabajaría horas extras, no especificó cuántas, y Miranda se aferró a eso para decir que él olvidó la propuesta y que no tocaría a la puerta a media noche... pero sí tocó, no era otra persona, sólo él daba ese golpe contundente que resonaba en toda la casa.

Después del tercer toque, se levantó de un salto de la cama y se abrigó con la bata... no porque tuviera pensado abrir, de hecho no podía pensar con claridad, tenía el corazón en la garganta y el estómago un poco revuelto por los nervios. ¿Young Soo pensaba que respondería al llamado de la puerta? Y si es así... ¿Cuánto tiempo estaba dispuesto a esperar? Una persona normal no estaría más de cinco minutos, quizás intentaría con otros golpes después de un minuto.

Miranda calculaba que pasó un minuto completo, y él no volvió a tocar, agudizó el oído para percibir cualquier sonido del exterior... pero sólo era capaz de escuchar su propio corazón acelerado.

Tenía que calmarse, por todos los cielos, tuvo todo el día para reflexionar sobre lo que pasó en la mañana, obviamente fue un breve lapsus de locura, hablaron sus hormonas, no la lógica. Young Soo tuvo la capacidad de revolucionar esas hormonas con solo un toque y un beso ardiente... y podía decidir no revivir esas sensaciones. Uno de ellos tenía que pensar en las consecuencias, y ella las enumeró todo el día...

Escuchó el arrastre de unos pies, ¿Cuánto tiempo pasó? ¿Dos minutos? ¿Una vida entera? No tenía idea, sus pies ya avanzaron hasta la puerta, según su razonamiento, sólo quería comprobar que él ya no estaba detrás, pero si estaba... iba a exponerle todos los argumentos, todas las contras, todo lo malo que podía pasarles si cedían a la pasión que se despertó en ellos en la mañana.

Young Soo se había alejado unos tres metros de la casa cuando ella abrió la puerta, hicieron contacto visual, él se mostró un poco sorprendido y curioso, pero no manifestó la intención de volver sobre sus pasos... hasta que Miranda abrió la boca.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora