Miranda esperaba que el agua caliente de la ducha se llevara todas las tensiones... pero no fue así, después que el salvavidas Gi la guiara hasta la enfermería, y de que la revisaran por si tenía una herida exterior, pasó directo al vestidor de mujeres para quitarse la ropa y darse una ducha. Estuvo bajo ella como diez minutos tratando de tranquilizarse.
Solo fue una inmersión involuntaria. Tragó mucha agua por el susto... y eso es lo que más le molestaba, ahora sufría las consecuencias: le ardía las fosas nasales y la garganta, la enfermera le aseguró que eso se le pasaría pronto.
No tenía otra alternativa que creer en su palabra.
-¿Mami? ¿Hola? ¡Estoy entrando con los ojos cerrados, soy un niño, no se preocupen! ¡Pero... que sea un niño no justifica que las vea en paños menores sin su consentimiento!
Apenas escuchó su tierna voz se apresuró en envolverse con una toalla para salir del cubículo de la ducha, pero lo que dijo después le causó tanta ternura que tuvo que hacer un esfuerzo para no reírse y morir de amor al mismo tiempo.
Efectivamente, su niño entró al baño de mujeres con los ojos tapados con una mano.
-¿Mami, estás ahí?-consultó, moviendo la cabeza, en busca de cualquier señal de su presencia.
-Sí, corazón.-contestó, llegando hasta él y agachándose para quedar a su altura.
-¿Estás visible?
-Sí.-apretó los labios para no soltar una risita.
Ryonosuke suspiró, aliviado.
-Te traje ropa nueva y seca, también el secador de pelo del tío Young Soo, es el más potente, yo tengo uno, pero no es tan potente, y necesitas uno así porque tienes el pelo más largo que yo. Mucho más largo, de hecho.
Recibió la bolsa que cargaba el niño con una sonrisa.
-Gracias, corazón.
-¿Ya te sientes mejor, mami? ¿Ya no te pica la nariz?
Acarició su cabello con suavidad, estaba húmedo y todavía llevaba la bata que usaba después de salir de la piscina, evidentemente no fue a ducharse por buscarle la ropa.
-No, amor, ya no.-decidió mentirle para no preocuparlo.-gracias por traerme la ropa...
-El tío Young Soo me ayudó a elegirla, salvo la ropa interior, se puso muy rojo cuando le preguntaron por tu talle de sostén, así que tuve que elegirlo yo... es un top deportivo, creo, se adapta a cualquier tamaño y es súper cómodo, según la vendedora.
Otra vez tuvo que apretar los labios para no reírse... podía imaginarlos en la tienda del gimnasio eligiendo dicha ropa, aunque se le dificultaba imaginar al gran Young Soo sonrojado...
-Elegiste bien, corazón. Me pondré todo ahora, estaré lista en menos de diez minutos...
-Tomate todo el tiempo que necesites, no creo que en diez minutos seques todo tu cabello, mami, es más largo y abundante que el mío, o el del tío Young Soo, así que no salgas de este lugar hasta que esté totalmente seco, siempre dices que debo secarme bien la cabeza cuando hace frío, debes hacer lo mismo.
Esta vez no se resistió y lo abrazó, con el corazón desbordando de ternura y amor por su niño. Le prometió que saldría pronto (con el pelo totalmente seco) y él se retiró para darle privacidad.
-Es todo un caballerito.-comentó una mujer joven que estaba frente al gran espejo horizontal del vestidor.
-Lo es.-Miranda sonrió con orgullo y dio un vistazo rápido a la bolsa que le entregó Ryonosuke antes de volver al cubículo para ponerse la ropa nueva y seca y guardar la mojada en una bolsa de plástico.
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Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
Lãng mạnEl futuro parecía brillar para Miranda Ocampo tras trasladarse a Seúl para estudiar el idioma coreano en una de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, una tormentosa relación de una noche cambió sus planes para siempre. Al descubrir que es...