Su mamá estaba rara, era todo lo que Ryo podía pensar, aunque ella trataba de disimularlo, como siempre. Desaparecía durante el día y volvía a la noche, su excusa era que seguía el mismo tratamiento que hacía en Ulsan en un hospital local... y era creíble, porque no sufrió ninguna recaída desde que llegó.. ¿Pero por que se veía más cansada y triste, si estaba mejorando, no debería mostrarse más animada?
Bueno, no es que se mostrara triste cuando estaba con él... No obstante, había algo, no sabía exactamente qué, pero ese algo oscurecía su sonrisa.
Solo la vio así cuando papá Daiki estuvo enfermo, solo con el pasar de los meses entendió que ella se esforzaba por mostrarse como una mamá feliz y funcional cuando por dentro sentía todo lo contrario.
No quería que ella se esforzara, quería que ella fuera feliz, feliz de verdad, no por compromiso, no para no preocuparlo.
-¿Por qué estás triste, mami?
Miranda no se esperaba esa pregunta, regresó a casa un poco más cansada que otros días... Young Soo, a pesar que estaba en su segundo día de descanso después de recibir la dosis del tratamiento que en teoría le salvaría la vida, estuvo bastante decaído, y le dolía verlo así a pesar que sabía que era parte del tratamiento y no podía hacer nada para cambiarlo.
-No estoy triste, corazón.-fijo, forzando una sonrisa... que Ryo no creyó, por supuesto, y como estaba en el piso alfombrado de su habitación jugando con Mochi, se acercó para sentarse frente a él-mami está cansada, eso es todo.
-No estás cansada. Estás triste. ¿Es porque el tío Young Soo dijo que no estaría para tu cumpleaños?
-¿Mi cumpleaños?-cuestionó, bien distraída, recordaba que Young Soo llamó para seguir con la mentira de que estaba en China, inventó que se quedaría una semana más, por lo menos, el tiempo suficiente para recuperarse del ciclo de quimio que estaba recibiendo.
-Es la otra semana, mami, el 30 de enero. El tío Young Soo dijo que volvería el sábado, y tu cumpleaños cae el martes.
A pesar de la confusión, le dio demasiada ternura que su niño estuviera tan atento a qué día caía su cumpleaños, algo que ni ella misma tomó en cuenta porque tenía demasiadas cosas en la cabeza.
-Aah...-musitó, después dramatizó, dándose una palmada en la frente-¡Aaah! No me di cuenta que caía ese día... aunque, no tendría que estar triste por eso, corazón, quiero decir... ¿Por qué lo estaría? Si tu tío Young Soo no puede venir, no hay problema, no es razón para ponerme triste...
-Porque te gusta, mami. Todos se ponen tristes cuando no pueden estar con la persona que les gusta.-añadió, en un tono que resaltaba que eso era muy obvio.
Incluso para una negacionista profesional como Miranda.
Quien ese momento olvidó cómo hablar, solo balbuceó.
-Gu... gustar... ¿Qué entiendes por gustar, corazón?
-A que quieres pasar tiempo con él.
-Bueno... es tu tío, amor, tengo que pasar tiempo con él y con tus abuelos..
-Pero tiempo a solas, mami.-la miró como si él fuera el adulto y ella la niña que no entendía nada de la vida-abrazos, besos y bebés, no sé si en ese orden, pero cuando los adultos están juntos, siempre salen bebés.
Miranda sintió que su cerebro escapó y se instaló en un lugar muy alejado, quizás fuera del país.
-¡Ry... Ryonosuke Min ho! -chilló ella, fuera de sí. Miró a su alrededor, por suerte no vio a la matriarca, si ella hubiera escuchado eso, no dudaría en abrir una ventana para exponerla al polvo fino.
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Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
RomanceEl futuro parecía brillar para Miranda Ocampo tras trasladarse a Seúl para estudiar el idioma coreano en una de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, una tormentosa relación de una noche cambió sus planes para siempre. Al descubrir que es...