Capítulo 23

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Ryonosuke estaba demasiado emocionado con la salida a la piscina a la mañana siguiente, fue su único tema de conversación durante el desayuno.

-El tío Young Soo nada muy bien, mami, parece un pez. Uno grande. Y con dos piernas. Pero es un pez.

Young Soo se tragó una risita a duras penas, notó que Miranda tenía el buen humor brillando en sus ojos oscuros.

-Entiendo, corazón.

-También me enseñó a nadar al estilo mariposa, no es tan difícil como pensaba.

Continuó alabando las habilidades de nado de Young Soo mientras se vestía con el uniforme de la escuela, bajo la atenta y calmada supervisión de Miranda.

-Creo que Ryo está emocionado con ir a nadar, podemos saltarnos la cena en casa y optar por cenar algo afuera.-sugirió Young Soo a Miranda cuando el niño se fue a la escuela en el auto de Won-hae y Min So, ellos quedaron en la entrada de la casa, viendo como el auto desaparecía después de pasar el portón de hierro negro.

-Suena bien. ¿Pero servirán la comida de su dieta...?

-Sí, conozco el menú del restaurante al que vamos a ir... y tienen una opción para Ryo.

-¿Usted piensa en todo, verdad Young Soo?

-Por supuesto. Además... era uno de los restaurantes favoritos de Dae-hyun, y él no iba a lugares que sirvieran la comida que empeorara su condición.

Una especie de oscuridad pasó por el rostro de Miranda, algo que cualquier persona podría pasar por alto... menos Young Soo, ya que opacaba el brillo en sus ojos bonitos... y eso no le gustaba.

-Ah. Bien, confío en su criterio.

Do Jin frenó el auto con suavidad justo frente a ellos, Young Soo se despidió y le informó a Miranda que saldría del trabajo a las seis, y que irían al gimnasio a las seis y treinta, que estuviera lista antes de esa hora, ella le respondió que no habría problema y se despidió con una educada inclinación de cabeza.

Esa oscuridad que opacó su buen humor por unos segundos persiguió a Young Soo por el resto del día, ya que recordó que no era la primera vez que ella reaccionaba de esa manera a la mención de Dae-hyun.

Su hermano no relató en su diario si ellos tuvieron una discusión esa única noche que pasaron juntos, tampoco indagó demasiado porque su único objetivo después de conocer a Ryo fue cobijarlo bajo el ala del apellido Park...

Además de sentir un feo y amargo resentimiento por Miranda, por no darle la oportunidad a Dae-hyun de conocer al niño esos siete años...

Asunto que todavía le molestaba, por supuesto, pero quizás ese amargo resentimiento no era tan solo hacia Miranda... sino a sí mismo. Porque no tuvo el poder para sacar a su hermano de esa vida llena de malas decisiones... y ya era demasiado tarde cuando quiso intentarlo.

Pero no quería que esos malos pensamientos opacaran ese día, no cuando Ryonosuke estaba tan ilusionado con ir nadar, no tuvo ese mismo entusiasmo cuando fueron solos, es decir... sí disfrutó nadar, pero no podía evitar preocuparse por su madre. Y ahora ella iría con ellos, ya no tenía esa preocupación extra.

Su día laboral finalizó a las seis, y estuvo en la casa a las seis y quince minutos, igual que el pequeño Ryo. Miranda ya tenía su bolso con el traje de baño, toalla, un segundo cambio de ropa completo y su propio shampoo y acondicionador para niños. Ella también llevaba un bolso, suponía que llevaba su propio equipo... y a él le restó buscar el suyo para partir en su auto personal, un sedan azul, contrario al negro que Do Jin conducía para llevarlo y traerlo de la empresa.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora