Capítulo 54

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Aunque Young Soo se consideraba un hombre que no se dejaba intimidar, cuando se trataba de su madre ya no era un hombre, sino un niño que no tiene otra opción que aceptar el regaño.

Esta vez no quería ser ese niño porque no estaba haciendo nada malo. Miranda le dio unos golpecitos en el hombro y susurró:

-¿Puede agacharse un poco? Quiero bajar.

-¿Por qué?

-¿Por que qué?

-¿Por qué quiere bajar?

-Young Soo, no empiece.

-Yo no empecé nada.

-¡Quiero bajar!

-Claro que no. Apenas podía caminar hace rato.

-Ahora puedo, bájeme.

-¿Por qué es tan terca?

-¿Otra vez con eso? El único terco es usted.

Toda la discusión se desarrolló en susurros, con Min So mirándolos como si estuviera en un partido de ping pong, hasta que el tic en el ojo y la irritación se volvió insoportable.

-¡Young Soo, Miranda! ¿Por qué están discutiendo?

Ellos la miraron como si se hubieran olvidado de su presencia.

-Se golpeó la rodilla-Young Soo tuvo la consideración de explicar-y la estoy cargando hasta el anexo.

-Ehm, yo creo que ya no es necesario.-dijo Miranda entre dientes y forcejando para bajar, el agarre en sus rodillas no cedió ni un poquito-puedo caminar, en serio. Bájeme o retiro lo dicho sobre su ya sabe qué.-añadió en un susurro apenas audible y sin mover los labios, solo para estar segura que Min So no descifrara la amenaza.

Young Soo por fin se agachó y liberó sus rodillas con delicadeza extrema, no sin antes chistar y mirarla con reproche, como un niño al que le negaron un dulce.

-¿Cómo se golpeó la rodilla, Miranda?-preguntó Min So, negada a que siguieran ignorándola.

-Eh... caí sobre ella en la caminadora.-explicó, ahora que tenía ambos pies en el piso, trató de poner todo el peso en la rodilla sana, para simular que la otra no le dolía.

-¿En la caminadora? ¿La del segundo piso? ¿Estaba haciendo ejercicio?

-Sí, Miranda me acompaña en mi rutina matutina.-contestó Young Soo, y no pudo evita acercarse un poco a Miranda para funcionar como un escudo protector...

Aunque estaba seguro que su leona no apreciaría ese gesto.

-¿En serio?-cuestionó Min So, esta vez con un tono mucho más amenazador.

-Si me permiten... no falta mucho para que Ry... para que Min ho despierte, así que... será mejor que me apresure.

A veces huir era la mejor opción... y Young Soo no pudo culparla por eso, notó que se esforzó para no cojear mientras caminaba lejos de ellos con paso rápido. Si ella no fuera tan terca (y si no estuvieran bajo los ojos amenazadores de Min So) la habría cargado hasta el anexo sin ningún esfuerzo.

-Ah, no, Young Soo, no huirás de mí. Tienes que decirme qué está pasando.

Miró a su madre sin comprender por qué tanto alboroto (o eso intentó decirse a sí mismo, en teoría sí entendía su enojo, pero no quería justificarlo).

-Ya dije lo que pasó, mamá, Miranda se golpeó la rodilla, fue un golpe horrible, sólo quería ayudarla.

-¿Cargándola en tu espalda? Yo no la vi muy mal, se estaba riendo, no sé de qué, pero no parecía que necesitara tu ayuda.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora