A pesar que la tensión entre ellos era bastante palpable, disimularon todo lo posible mientras estaban en la exhibición de los pandas, lo único que hacía que todo valiera la pena era ver al pequeño Ryonosuke lleno de felicidad por ver a los adorables y abrazables osos. Enloqueció más cuando pudieron ver a un panda cachorro, que era más o menos de su altura, estaba caminando con tranquilidad por una tarima hasta que tropezó cuando se disponía a bajar de ella, eso despertó varias risitas enternecidas en todos los presentes.
Después de la exhibición los guiaron a una tienda de regalos con toda la temática de los pandas... y Young Soo no pudo evitar comprarle al niño un panda de peluche que medía más de la mitad que Ryonosuke.
-Es enooormeee,-dijo, admirándolo y abrazándolo- y pachoncito. Súper pachoncito. ¡Gracias, tío Young Soo!
Ver la sonrisa y la luz en sus ojos hacía que todo valiera la pena.
-¡Quiero ver a los leones! Hay leones en este lugar ¿Verdad?
-Por supuesto, corazón.-dijo Miranda con una sonrisa-queda del otro lado del zoológico-señaló al norte con una mano- pero podemos llegar a la exhibición si nos apresura...
-¡Leeeeoooooneeessss!
-¡Ryo!
Llamarlo era inútil, él era bastante rápido, incluso mientras cargaba un oso panda que tenía la mitad de su tamaño. Soltó una risita y negó con la cabeza, hasta que notó que Young Soo soltó la misma risita. Sus miradas se encontraron... y la ternura murió unos segundos.
-¡Espérame, corazón! ¡Prometiste que te mantendrías cerca de mí!
Eso logró frenarlo, giró para verla y le dedicó una sonrisita culpable. Miranda no tenía corazón para regañarlo, solo se limitó a alcanzarlo para tomar su mano, Young Soo llegó apenas unos segundos después y tomó la otra manito que tenía libre.
Tardaron unos diez minutos en llegar a la exhibición, ya que se detenían cada tanto para ver a otros animales. Los leones estaban descansando en su hábitat que simulaba una sabana.
Y como era de esperarse, había una tienda de regalos con temática de animales que viven en la sabana... y Young Soo le compró otro peluche, esta vez un cachorro de león.
-Si me compras todos los animales que veo ya no me quedaran brazos para cargarlos, tío Young Soo.
-Puedo cargar el resto, mis brazos son más largos... y también resistentes.
-¿Puedes cargar más de cien kilos en cada brazo?-consultó con los ojos bien abiertos por el asombro.
-Mucho más que eso, dragoncito.
-Sugoiii, pero si puedes cargar tanto peso ¿Por qué tus brazos son más delgados que los de Ho Seok?
Miranda no pudo pasar por alto que tuvo un breve tic en el ojo antes de contestar:
-Porque él toma suplementos para que sus músculos se vean más abultados que los míos, yo no tomo esas... cosas.
-Oh... ¿Pero podrías a cargar a mi mami sin problemas, verdad?
Creo que ella me pegaría en mis partes nobles si lo intentara.
-Si ella quisiera, por supuesto que sí.-contestó, mirándola con desafío, ella le devolvió el golpe con una mirada de fastidio.
-No creo que sea necesario.
-Ni siquiera pestañeó cuando Ho Seok ofreció lo mismo.
-Ho Seok lo hizo para entrenar.
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Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
RomanceEl futuro parecía brillar para Miranda Ocampo tras trasladarse a Seúl para estudiar el idioma coreano en una de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, una tormentosa relación de una noche cambió sus planes para siempre. Al descubrir que es...