Si alguien le preguntaba a Miranda si se podía seguir con una vida "normal" después de pasar una noche acalorada con su casi cuñado con quien vivía en la misma casa y con quien se veía forzada a interactuar para no despertar las sospechas en un niño de siete años que era demasiado empático y perceptivo... ella contestaría que la palabra "normal" estaba sobrevalorada.
No existía una "normalidad", solo una rutina que rara vez sufría un cambio drástico, o eso es lo que se percibía por fuera.
Por dentro Miranda sufría el síndrome de intestinos inquietos cada vez que estaba con Young Soo. Y no solo sus intestinos, todo su cuerpo reaccionaba a su presencia, así se encontrara del otro lado de la casa, le bastaba saber que él estaba por ahí para desear ocultarse como un topo.
Pero como mujer y madre adulta dueña de su destino y emociones, no podía hacer eso... lamentablemente.
-Mami... ¿Crees que la abuela Min So me querría un poco más si olvidara toda mi vida en Kyoto?-preguntó Ryo, ya acurrucado bajo las mantas.
Esa pregunta la tomó por sorpresa y le rompió el corazón en mil pedazos cuando vio los ojitos tristes de su niño, también se odió por olvidar por un momento que Ryo era su prioridad, no sus sentimientos encontrados por un hombre con el que no tenía un futuro.
-Corazón...-murmuró, y obligó a su cerebro a dar con las palabras correctas pero no funcionó, suspiró y se sentó en el borde de la cama-¿Lo dices porque te dijo que no invitaras a tus amigos de Kyoto a la fiesta?
-Sí...-contestó Ryo con un mohín triste-como dejó que invitara a Ho Seok, pensé que me dejaría invitar a Makoto y a los demás...
Eso fue el día lunes, estaban en el día martes y la fiesta fue pactada para el sábado de esa semana, Min So estaba más arisca de lo normal porque tuvo que retrasar la fiesta otros días más por pedido de Young Soo, a Miranda le pareció muy razonable que le pidiera eso ya que consideró a las víctimas del accidente, no creía conveniente celebrar una fiesta en medio del duelo de tantos empleados afectados por ese accidente. Tenía que admitir que se le desbocó el corazón cuando presenció esa charla, Young Soo no estaba dispuesto a ceder, y no lo hizo, sabía que la fiesta era importante para su madre... pero no quería perder el respeto de sus empleados ni hacerles sentir que no empatizaba con la situación.
Tenía un corazón muy noble, y eso no era bueno para su estabilidad emocional...
No obstante, postergar la fiesta en vez de ser un alivio fue una fuente de estrés constante para la matriarca, estrés que Miranda tuvo que soportar por días, algo que no dejaba que le afectara, pero que lo manifestara con Ryo... eso sí que no le perdonaba. El niño ese día lunes le preguntó si podía añadir a sus amigos de Kyoto a la lista de invitados, antes no consideró pedirle eso porque estaban sobre la hora y no creía que sus amiguitos podrían viajar... pero ahora que se reprogramó la fiesta, tenía más tiempo para avisarles y que ellos le avisaran a sus padres...
Min So aparentó sonreír con ternura extrema, pero Miranda percibió que la tensión en ella explotó, le negó... por no decir que le prohibió a Ryo invitar a sus amigos de Japón, usando como excusa que era una fiesta familiar, una fiesta exclusiva para los Park, trató de salvar la situación diciendo que podía invitarlos otro día... pero no ese en específico.
Miranda no supo cómo logró no saltar sobre ella para estrangularla, ver cómo la expresión de Ryo se marchitó le desgarró el alma... y ese sentimiento se incrementó cuando él hizo ver que entendía las razones de su abuela y la respetaba.
Un día de estos voy a aparecer en las peores pesadillas de Min So y no la dejaré dormir por el resto de sus días.
-Sé que te gustaría tener a Makoto y a los demás en la fiesta, corazón-logró decir mientras peinaba los cabellos en su pequeña frente-pero... puedes invitarlos en otra ocasión, tal como dijo tu abuela, la fiesta del sábado será muy... coreana, y quizás tus amiguitos no se sientan cómodos porque no hablan coreano tan fluido como tú...
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Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
Lãng mạnEl futuro parecía brillar para Miranda Ocampo tras trasladarse a Seúl para estudiar el idioma coreano en una de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, una tormentosa relación de una noche cambió sus planes para siempre. Al descubrir que es...