Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN

Capítulo 74

-Miranda acaba de sufrir otro ataque, señor.

Young Soo sintió que el celular se deslizaba por su mano y que el piso se diluía bajo sus pies, cerró los ojos con fuerza, inspiró por la nariz para recuperar el control, la señora Mae-hwa lo esperaba del otro lado de la línea, podía imaginarla con una expresión inquieta, a pesar que transmitió el mensaje con tranquilidad que tanto la caracterizaba en momentos de crisis.

-Entendido. Quiero que el doctor esté listo para darme un informe completo de su estado cuando llegue al hospital en diez minutos.

-Sí, señor.

Dio esa orden justo en la salida de la sala de conferencias, en una de sus reuniones después del descanso del almuerzo, tuvo que volver a la empresa después de dejar a Ryo en la escuela casi en contra de su voluntad, si dependiera de él se quedaría el resto del día con Miranda hasta que le dieran el alta... pero le recordaron sus actividades, sus responsabilidades, más bien, y no podía pausar todo porque cada decisión tenía consecuencias en la empresa, era responsable del empleo de más de mil personas, y bajo su mando, ninguna fue despedida injustamente, tenía que mantener esa imagen, si él caía... todos caían.

-¿Presidente Park?-cuestionó su asistente con voz dudosa, Young Soo seguía viendo el celular en su mano, mantenía esa presencia imponente y segura... pero a la vez parecía que algo dentro de él estaba rompiéndose.

-Debo regresar al hospital, que el vicepresidente Yoo se encargue del resto de las reuniones.

Fue inútil detenerlo o hacerle entrar en razón, simplemente fue a su oficina, llamó a Do Jin en el camino y en pocos minutos ambos ya estaban fuera de la empresa regresando al hospital en silencio.

-¡Presidente Park!-exclamó la señora Mae-hwa apenas lo vio por el pasillo, le tomó varios segundos procesar que tenía una bata de hospital celeste como las que usaban los médicos en cirugía.-el doctor está adentro, tiene que ponerse esto para ingresar... es una medida de prevención.

Ella le entregó una bata bien doblada en una bolsa de plástico para mantener su estalirazación, también incluía un barbijo; dejó a Miranda sola por unas horas... ¿Y pasaba esto? Cuando se despidió de Ryo en la mañana la notó mucho mejor, parecía haber recuperado parte de su vitalidad a pesar de la fiebre y el respirador, eso le dio confianza para dejarla, también alimentó la esperanza de que podrían darle el alta esa misma tarde....

No solo era esperanza, era anhelo, lo notó en los ojos de ella esa mañana. Anhelaba salir de ahí, su leona no podía estar confinada, quería ser libre y esa maldita enfermedad se lo impedía.

Se puso la bata con la ayuda de la ama de llaves y el barbijo, se quedó paralizado en la puerta antes de abrirla por varios segundos, no sabía qué lo esperaba del otro lado, ciertamente se fue con la imagen de una Miranda más activa a pesar del respirador, la visita de Ryo le devolvió la vitalidad, y ahora que sufrió otro ataque de asma... no sabía si estaba listo para verla sedada otra vez.

Pero tenía que estarlo, así que abrió la puerta con decisión, la escena no había cambiado mucho, ella seguía conectada al respirador, el doctor estaba a su lado, con la bata de cirujano y un barbijo mientras escribía cosas en su libreta, y Daiki estaba en una esquina, observando todo con los brazos cruzados y el ceño fruncido, no podía deducir si estaba enojado o preocupado, no se dio tiempo para analizarlo; cruzó la habitación con decisión y puso todo de sí para mantener el control al preguntar:

-¿Cómo está ahora? ¿Qué pasó?

Miranda estaba somnolienta por los nuevos medicamentos, pero esa voz ronca y con furia contenida la sacó un poco del dulce estado de sedación para abrir los ojos y descubrir que estaba a su lado, con una bata de cirugía y un barbijo... qué raro, no sabía que tenía un médico nuevo... y bastante atractivo, a pesar que solo tenía a la vista sus ojos oscuros y los mechones rebeldes que le cubrían la frente.