Capítulo 90.2

57 4 4
                                    

Daiki percibió la catástrofe antes de que entrara, sus pasos retumbaron en todo el pasillo, y cuando la vio entrar, supo que su esposa no estaba enojada con él en realidad... aunque prácticamente estuviera escupiendo fuego por la boca cuando dijo:

-¿Una orden de no resucitar? ¿En serio?

Él inspiró profundo y se enderezó para poder enfrentarla sentado, no tenía fuerzas para ponerse de pie, pero todavía podía sentarse en su propia cama.

-Sí.

-¿¡Solo eso vas a decir!? "¿¡Sí!?" ¡Firmaste una orden de no resucitar!

-Lo sé.

Miranda inspiró por la nariz y empezó a caminar de un lado al otro en la habitación como un animal enjaulado.

O más bien, como una esposa negada a aceptar la realidad.

-¿No pensaste en consultarlo primero con tu esposa?

-Sabía que dirías que no.

No creía posible que Miranda abriera más los ojos, él mismo estaba sorprendido del tono tan calmado de su voz.

-Porque es una sentencia de muerte, les estás dando permiso de dejarte morir ¡Por supuesto que no permitiré eso! Anula esta orden para que puedan proceder con la cirugía, si quitan ese tumor del pulmón izquierdo te aceptarán en el estudio clínico...

-No voy anular la orden y tampoco acepto la cirugía.

Ella pareció inestable en sus propios pies, deseó levantarse para abrazarla, pero en este punto debía hacerle entender su decisión.

-No puedes no aceptarla.

-Sí que puedo, de hecho es la única decisión que tomo por mí mismo desde que inicié el tratamiento.

-¿La única decisión...? ¿¡De qué rayos estás hablando!?

-No hablo de la primera etapa, tenía tantas esperanzas como tu de que la metástasis no avanzara, pero ya no queda nada por hacer, cariño. Cada cirugía, cada medicamento es paliativo, no es una cura, tienes que aceptarlo de una buena vez...

-No.

-Mira-chan...

-¡No! ¡La cirugía es...!

-¡... es innecesaria!-decidió alzar un poco la voz-¿Sabes cuánto tiempo tardaré en recuperarme de esa dichosa cirugía? ¿Crees que quiero que Ryo y tú pasen horas en la sala de espera, y otras horas en la sala de recuperación hasta que despierte todo sedado e inútil? No puedo hacerlos pasar por eso otra vez, quiero aprovechar el poco tiempo que me quede sin estar conectado a otra máquina.

-Si accedes a la cirugía y al estudio clínico no tendrás que estar conectado a otra máquina, te dará más tiempo...

Su voz se quebró por un segundo, pero se recuperó, así era su esposa, una luchadora, nada ni nadie era capaz de noquearla... estaba cansado de verla luchar. Quería que se rindiera y descansara, no solo eso, quería su Mira-chan, a la madre de su hijo, al amor de su vida.

-No, cariño, no me dará más tiempo, y lo sabes. Todos lo saben, eres la única que no lo acepta...

-Yo no acepto que te rindas-logró decir, aunque su respiración era pesada- ni mucho menos que te dejen morir. Voy a buscar a un abogado para que anule esta orden, es evidente que no puedes tomar decisiones médicas coherentes.

-¡Miranda!

-¡No te permito morir, Yamagawa Daiki! ¡No si puedo hacer algo al respecto! Prometí luchar contigo contra esta enfermedad, y eso es lo que estoy haciendo y lo que seguiré haciendo aunque no quieras, porque eres mi esposo, mi milagro, y no te dejaré ir.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora