Young Soo sabía que tenía que dormir, de hecho, anhelaba dormir, pero se sentía descompuesto, lo cual era raro porque, por lo general, cuando alguien dice que está descompuesto, asume que es por una indigestión, y quizás sí era eso... no obstante, era un malestar generalizado, y ninguna medicina lo ayudó a combatirlo.
Tampoco ayudaba que Do Jin lo miraba cada cierto tiempo, como una suricata a la espera de un depredador: dejaba de leer su revista y lo miraba por encima de ella desde el otro lado de la habitación del hotel.
Al menos estaba fuera del hospital, eso tenía que ser un avance.
-¿Puedes dejar de verme así? no voy a explotar ni nada parecido. -dijo, girando el cuerpo para quedar boca abajo, el movimiento le provocó un ligero dolor en la sien, aunque trató de ocultarlo.
-Tienes la cara de alguien que acaba de comer algo en mal estado ¿Debo llamar a la señora Miranda?
-¡Por supuesto que no!-protestó, su malestar desapareció por unos segundos porque lo dominó el pánico-tiene que descansar,ya vivió suficiente drama por un día.
No hizo falta que dijera en voz alta el hecho dramático que vivió ese día, ya que Do Jin llegó poco después... y, en cierto modo, estaba agradecido por eso. Los guardaespaldas, aunque se ganaron un lugar en su corazón, todavía eran sus empleados y no quería mostrarse vulnerable ante ellos... no más de lo que ya se mostró la última semana.
Ambos pegaron un saltito cuando escucharon unos fuertes golpes en la puerta, los de servicio a la habitación no tocaban así, ¿Quién se atrevía a molestarlo a la medianoche? Do Jin fue a comprobarlo, Miranda no dudó en ingresar sin decir ni una sola palabra, emanaba una energía caótica que podía arrasar con todo a su paso.
-Puedes retirarte, Do Jin, yo me quedaré a cuidarlo el resto de la noche.
-¿Eh?-musitaron ambos, sin entender nada. Miranda terminó de ingresar a la habitación como si fuera la dueña y señora, y eso podía ser así a simple vista... pero Young Soo vio más allá, estaba agitada, y más que energía caótica, tenía una energía nerviosa que se manifestó en cada movimiento, como el dejar su bolso en el sillón, como cuando buscó la libreta donde le indicó a Do Jin que debía apuntar todo lo que hacía Young Soo, incluso cuántas veces iba al baño.
-Veo que tomó sus medicinas... sin efectos secundarios, perfecto, solo me queda controlar que duerma bien. -cerró la libreta en un movimiento fluido, después miró a Do Jin, quien no se movió de la puerta porque seguía demasiado sorprendido por su llegada-Lo hiciste bien, Choi ya está afuera y te llevará a tu casa.
-Pu... puedo tomar el autobús, señora.
-No hace falta, Choi puede llevarte, será más rápido y podrás descansar un poco más... nunca debes subestimar los tiempos de descanso, creí haberte contado sobre ellos.
Do Jin miró a Young Soo en busca de respuestas, no estaba seguro si Miranda lo estaba regañando o si solo quería ser amable... la seriedad en su rostro no les permitía comprobarlo.
-Miranda tiene razón, Do Jin-dijo Young Soo con calma, y mirándolo para transmitir el mensaje de "es mejor que te vayas, la leona no está bien" .-gracias por quedarte hasta esta hora, ve a pasar tiempo con tu familia.
Do Jin asintió, entendiendo las palabras no dichas, no tenía sentido quedarse cuando era evidente que Miraba necesitaba estar a solas con Young Soo.
-¿Qué pasó, leona?-cuestionó, usó el resto de sus fuerzas para sentarse en la cama. Miranda ignoró la pregunta porque estaba más concentrada en buscar el termómetro, una vez que lo encontró, se acercó con este y lo puso directamente en su frente.
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Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
Roman d'amourEl futuro parecía brillar para Miranda Ocampo tras trasladarse a Seúl para estudiar el idioma coreano en una de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, una tormentosa relación de una noche cambió sus planes para siempre. Al descubrir que es...