Capítulo 5

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El idiota, millonario y petulante Park Young Soo estaba fuera de la academia a la hora acordada al día siguiente. Era incluso más intimidante a la luz del día, alto y de hombros anchos, llamaba muchísimo la atención de las chicas que transitaban a esa hora del día.

Y Miranda deseaba tener el poder de mandarlo a Seúl de una patada. De preferencia, en su honor masculino.

-Buenas tardes, sé que nuestro primer encuentro anoche no fue el mejor, por eso quería disculpar...

-Aquí tiene.

Le entregó un sobre blanco que contenía un mechón de Ryonosuke, se lo cortó esa misma mañana mientras lo peinaba para la escuela.

-No se anda con rodeos, ¿Verdad?-comentó con un suspiro.

-¿Lo quiere o no?

El hombre seguía sin recibir el sobre, y Miranda estaba a punto de perder la poca paciencia que acumuló para enfrentarlo.

-Intento disculparme, Miranda-san.

-Disculpado. Ahora tome el sobre y déjeme en paz.

-¿Si sabe que tendré que volver a contactarla para contarle el resultado, verdad?

Young Soo sabía que no era una buena idea molestarla, por el modo en que expulsó el aire por la nariz, estaba a un suspiro de golpearlo en alguna zona vital.

-Lo sé, pero ahora mismo lo quiero fuera de mi vista.

Recibió el sobre antes de que saltara y lo mordiera como una leona salvaje, pero no pudo evitar comentar:

-No tuvo un buen día hoy, ¿Eh? Quizás debería considerar...

Ella lo dejó para volver al edificio de la academia. Lo dejó con las palabras en la boca y con una gran frustración atenazando su pecho. No sabía cómo actuar o qué sentir cuando la tenía delante. Era la madre de su sobrino, eso sí lo tenía claro, pero también era la mujer que ocultó al niño por siete años... y que tenía, sin saberlo, el poder de salvar a su hermano y no lo hizo. Quizás Dae-hyun habría recibido la paternidad con los brazos abiertos, o quizás no, pero al menos habría intentado sentar cabeza. Habría dejado el alcohol, las fiestas, los escándalos, Young Soo le habría dado un sermón sobre que en ese momento, al ser padre, ya tenía que dejar la fiesta atrás y ser un hombre. Dae-hyun se mostraría rebelde en un principio, porque le encantaba llevarle la contraria, pero al final lo aceptaría... como aceptó su consejo de documentar sus conquistas de una noche. Lo aceptó demasiado bien, de hecho. Si él no hubiera adjuntado una foto del pasaporte de Miranda, Do Kyung no hubiera avanzado todo lo que avanzó al tener esa información extra: como que ella estuvo inscrita en un curso de idioma coreano en la universidad y que abandonó antes de terminar el primer trimestre. Do Kyung sólo había averiguado su vida en Kyoto, no sabía nada sobre su corta estancia en Seúl. ¿Miranda lo odiaría incluso más si supiera que Dae-hyun documentó su relación de una noche gracias a un consejo de él?

No podía imaginarlo, ella ya lo miraba como si quisiera incinerarlo vivo. Y ahora con lo que planeaba hacer... definitivamente encontraría la oportunidad para patearlo en sus partes nobles.

Miranda estaba retrasada veinte minutos. Cuando regresó a la academia después de darle el sobre a Young Soo, fue para buscar su bolso e ir por Ryonosuke, pero el director no tuvo mejor idea que gritarle porque no encontraba el último informe sobre las notas de sus alumnos, Miranda perdió cinco minutos de su vida ayudándolo a encontrar dicho informe, que estaba en el mismo lugar donde lo había dejado la mañana anterior, sólo que bajo otro montón de carpetas. El director no se disculpó por esa pérdida de tiempo, pero ya Miranda estaba acostumbrada a su actitud hosca, y prefirió invertir su energía en correr hasta la parada de autobús. Perdió el de las dieciséis y treinta y cinco, por supuesto, y el siguiente llegaba en veinte minutos, Ryonosuke salía a las diecisiete en punto.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora