Capítulo 35

110 12 8
                                    

Como presidente, Young Soo a veces tenía que tomar decisiones en pos del bienestar de sus trabajadores, y ese día pensó en darles el día libre, pero para fomentar el trabajo en equipo y las buenas relaciones entre ellos, organizó todo un día en una piscina en un gran complejo que recibía gran cantidad de personas, un complejo en el que él había invertido, por supuesto, así que estaba seguro que todos recibirían una gran atención.

También, como presidente que se consideraba cercano a todos los que estaban bajo su mando, se unió a uno de los juegos que sus empleados propusieron para pasar el día: vóley en la piscina. Se dividieron en un equipo de cinco personas, ninguno tenía rango en ese momento, solo la posición durante el juego, en este caso Young Soo era el que hacía los saques, tenía un buen brazo y resistencia, haría todo lo posible para que su equipo gane. Además, Ryonosuke lo animaba desde la orilla, ¿Cómo podía perder?

-Ooooh... ¿Quién es ella?

-Nunca la había visto por aquí...

Young Soo ignoró los murmullos de sorpresa alrededor de la piscina, también trató de no voltear los ojos, ya que eran hombres babosos que parecía que nunca vieron a una mujer con bikini. Es cierto que muchas preferían no exponer su piel al sol y usaban un traje de baño conservador, pero las que no optaban por esta moda eran consideradas valientes, también admiradas. Y en ese momento una era el foco de esas atentas miradas...

-¡Mami, mami!-gritó Ryonosuke con una sonrisa alegre dando saltitos.

Young Soo siguió la dirección de la mirada del niño, y por un momento no creyó lo que veían sus ojos.

-¿Mami?-murmuró.

-¡No corras, corazón!

Ryonosuke rodeó la piscina para llegar hasta ella, recibió el regaño tierno con una sonrisa alegre... que ella correspondió y la hizo resplandecer como un diamante recién pulido.

Ella misma era un resplandor en medio de todas las personas pasaban a su alrededor. Lo que el cerebro de Young Soo trataba de procesar a toda costa era que llevaba un bikini. Nada más que eso. Nada de faldas largas hasta los tobillos y camisetas dos o tres tallas más grande: un bikini verde agua que resaltaba el tono miel clara de su piel, no era extremadamente pálida como el resto de las asiáticas, pero era notable que su tono natural no recibió el sol en mucho tiempo.

También trataba de procesar que sus tatuajes estaban a plena vista, y nadie la juzgaba o le daba una segunda mirada por eso... lo único que admiraban era su figura bien proporcionada y su cabello negro lacio y largo.

-¡Cuidado, presidente Park!

-¿Eh?

Como Young Soo estaba demasiado atento a la figura de Miranda, no se dio cuenta que la pelota venía directo a él hasta que lo golpeó entre las cejas con una fuerza que lo noqueó y lo hizo caer de espaldas en el agua... hundiéndose como un peso muerto.

-Glup, glup, glup.

-¡Presidente Park!

-¡Tío Young Soo!

Nunca supo si perdió el conocimiento por la vergüenza de ser golpeado por un descuido... pero no quería averiguarlo. Solo quería seguir inconsciente hasta la mañana siguiente, esperando que todos olvidaran el incidente.

-¿Young Soo? ¿Está bien?

Esa voz suave y femenina... ¿Era un ángel? ¿Un ángel lo llamaba con tono preocupado? Young Soo abrió los ojos con cierta dificultad, y trató de incorporarse, pero el dolor entre sus cejas lo venció.

Destinos enlazados ┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora